Miembros de la comunidad científica y médica de Venezuela expresaron su preocupación por la “inoperatividad” de la mesa nacional de vacunación, en la que participan funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro y asesores del Parlamento de 2015, de mayoría opositora.
La Academia Nacional de Medicina, un organismo que representa los 117 años de trayectoria de la ciencia sanitaria venezolana, expresó en un comunicado su preocupación “por el estado de inoperatividad de la Mesa Técnica Nacional de Vacunación convocada para establecer un Plan de Vacunación contra la COVID-19” en el país, del que se encarga oficialmente el Poder Ejecutivo de Maduro.
Voceros de la administración nacional han indicado que en Venezuela se han vacunado contra el nuevo coronavirus a cerca de 11 por ciento de la población, pero miembros de los gremios y academias médicas dudan de esas cifras y han asegurado que la población inmunizada apenas supera el uno por ciento.
Esa mesa de vacunación de voceros oficialistas y asesores de la oposición en materia sanitaria se ha convertido en “una instancia que no funciona” para atender requerimientos técnicos del plan, como los tipos de vacunas, los números de dosis requeridas, la determinación de pautas de control de posibles efectos adversos en los ciudadanos inmunizados, advirtió la Academia.
El médico pediatra e intensivista Huníades Urbina, secretario académico de la Academia Nacional de Medicina y uno de los firmantes del comunicado, afirmó que el estancamiento de las asesorías y acuerdos con delegados oficiales también es notorio en la llamada Mesa Técnica Nacional para atender la pandemia de COVID-19 en Venezuela, instalada a mediados del año pasado.
“Ni la mesa principal se reúne, donde está el doctor Julio Castro. Es una entelequia. Es inoperativa”, manifestó en entrevista con la Voz de América.
Urbina-Medina detalló que representantes del gobierno madurista suelen convocar a reuniones virtuales de un día para otro, sin enviar finalmente el link de conexión a los participantes, o suspendiendo a último momento los encuentros con argumentos que van desde la ausencia de servicio eléctrico o la enfermedad de asesores del poder ejecutivo nacional.
“Es frustrante. No hay agenda, sin embargo, llegamos (a la reunión) y no hay. Es decepcionante”, dijo el galeno venezolano, preocupado por el “baldazo de crítica popular” y las consecuencias de esas reuniones frustradas en la salud colectiva.
Último llamado de atención
Urbina-Medina reveló a la VOA que los delegados nombrados por el Parlamento de 2015, con la venia del llamado gobierno interino del líder opositor Juan Guaidó, han sopesado la opción de retirarse definitivamente de las mesas de trabajo con el oficialismo.
“Hay un compás de espera. Está tomada la decisión de no seguir siendo ‘mirones de palo’. Primero, hacemos este llamado de atención” al gobierno de Maduro, indicó. Se prevé que la próxima semana haya una reunión de diversos voceros de los gremios y organizaciones sanitarias del país al respecto.
Venezuela registra oficialmente 250.000 contagios de COVID-19 desde marzo del año pasado, aunque expertos independientes hablan de un considerable subregistro de casos positivos por falta de pruebas de PCR. La ONG Médicos Unidos de Venezuela alertó el fin de semana que la pandemia estaba “fuera de control” en el país y criticó la falta de “control” oficial sobre la misma.
El gobierno de Maduro, por su parte, anunció el inicio de un plan nacional de vacunación, a finales de mayo. Según información oficial, Venezuela ha recibido al menos 3,2 millones de dosis contra el nuevo coronavirus.
El canciller de Maduro, Jorge Arreaza, denunció la congelación bancaria de su último pago al mecanismo COVAX de la Organización Panamericana de Salud, OPS, de 4,6 millones de dólares. Según especificaron la semana pasada voceros del organismo sanitario, Venezuela aún debería 10 de los casi 120 millones de dólares que cuesta al país esa iniciativa para tener acceso privilegiado a vacunas.
El mecanismo COVAX es otra muestra de la disfuncionalidad de las mesas técnicas de trabajo con el gobierno, remarcó Urbina-Medina. Hace semanas, se había acordado en ellas que el despacho de Guaidó aportase parte del monto a pagar con diligencias de fondos venezolanos congelados por Estados Unidos.
“Nos hicieron un madrugonazo, (pagaron) sin habernos por lo menos comentado. Ni siquiera se enteraron la OPS, ni UNICEF, que son veedores de ese proceso (de conversaciones sobre la salud en Venezuela)”, señaló.
La Academia Nacional de Medicina reiteró, por último, su disposición a colaborar con “un plan de vacunación único, transparente, universal y sin discriminaciones”, si bien se negó a ser “tan solo parte del decorado” de mesas que “no se traducen en un beneficio real para la salud de la ciudadanía”.
VOA