Es época de Navidad, de reencontrarse con viejos amigos, de reunirse con la familia, de buscar el regalo perfecto para los que amas y que significan tanto para ti. Todo es felicidad hasta que recuerdas que hay una persona a la que no podrás llamar a desearle Feliz Navidad y se te calienta la sangre al recordarla. Tal vez sea el mejor momento para el perdón.
Andrea Brandt, autora del libro Mindful Anger recomienda seis pasos para llegar a ese punto, y es que es difícil ser feliz seguir adelante cuando cargamos una mochila de ira y resentimiento:
Focalízate en lo que significa el perdón. No es una disculpa, es aceptar lo que ha sucedido y dejarlo ir. Piensa que perdonar es algo que haces por ti misma, no por la persona que te hirió.
Reconoce si estás lista para dejar ir. Forzarte a una reconciliación es una mala idea. Confía en tu instinto, visualiza lo que dirías y si eso te hace sentir triste o tensa. Si es así, no estás lista para perdonar.
Perdónate a ti misma. En una pelea, la gente suele decir cosas que contribuyen a la ruptura. Empieza por perdonar tus propias acciones antes de perdonar a otra persona. De esta manera aceptas que nadie es perfecto y todos cometemos errores.
No siempre hay que decirlo. En algunos casos, expresarlo solo logra que revivamos todo. El perdón puede ser un sentimiento silencioso y solo para ti para luego demostrarlo con tus actos.
En otras ocasiones, es bueno hablarlo. Si te es necesaria una explicación o una disculpa, busca el encuentro con la otra persona. Si sólo hablas de cómo te sientes tú y acusas, la otra persona se pondrá a la defensiva. Admite también tus errores.
Establece tus límites. Perdonar a alguien no necesariamente significa que las cosas volverán a ser como antes. Marca nuevas reglas que te cuiden de no volver a pasar por lo mismo y evita ciertas situaciones.
Eme de Mujer