Entre la hoz y el martillo
enero 9, 2023 5:24 am

 

En un reciente video el politólogo Nicmer Evans, quien formó parte de MVR, del PSUV, Marea Socialista, fundador del Movimiento por la Democracia y la Inclusión y candidato presidencial para las próximas elecciones dispuesto a medirse en las primarias que está promoviendo parte de la oposición venezolana, involucrándose voluntariamente en un fraude electoral anunciado, denuncia que con la aprobación por la pretendida Asamblea Nacional de las leyes orgánicas del Poder Popular y de las Comunas se quiere instaurar el “centralismo democrático”, al que califica dentro del esquema estalinista de la extinguida Unión Soviética. Celebramos la denuncia, pero Nicmer Evans entra en una seria contradicción al responsabilizar a Nicolás Maduro y a sus ideólogos, omitiendo exprofesamente la responsabilidad que tiene Hugo Chávez Frías como pater familias, quien sometió a un verdadero régimen estalinista a afectos y no afectos (alieni iuris) que constituye el poder del varón en la época de la antigua Roma (suis iuris). Por ello, es recomendable hacer algo de historia y recordar quién es el verdadero responsable de lo que viene aconteciendo desde 1998, cuando el fallecido teniente coronel accede al solio presidencial en las últimas elecciones imparciales en el país.

 

 

Cuando Chávez planteó el referéndum constitucional en 2007, uno de los objetivos era darle fundamento constitucional a la Ley Orgánica del Poder Popular (sexto poder) y la Ley Orgánica de las Comunas, pretendiendo conformar en Venezuela un Estado socialista, de tal manera que Maduro lo que persigue es continuar con la política del secuestro del Estado para transformarlo en un Estado comunitario centralizado (socialismo/comunismo). Es la Constitución de 1999 la que le da base a todas esas pretensiones que se aprobaron durante el deslave en La Guaira, sin importarle a Chávez las decenas de miles de muertos que se estaban registrando durante el lapso de la votación (30.000 muertos y más de 100.000 damnificados). Carta magna que se aprobó violando la de 1961, que no estipulaba la figura del referéndum constitucional sino la reforma y la enmienda, por lo cual es nula de nacimiento (ab initio).

 

 

El responsable real de que la república se siga hundiendo en el estiércol del diablo es Hugo Chávez Frías y Maduro solo es un ventrílocuo de aquel. De tal manera que aquellos que luchan por el rescate del legado de Chávez son tan responsables de la tragedia nacional como los que hoy siguen defendiendo a Maduro. En fin, lo que se está declarando definitivamente es un Estado comunal comunista que conlleva la demolición de la propiedad privada. Continuamos atrapados entre la hoz y el martillo.

 

 

Editorial de El Nacional