Encuentran una potencial arma biológica olvidada en un laboratorio de Washington

Encuentran una potencial arma biológica olvidada en un laboratorio de Washington

El virus de la viruela, Variola mayor, ha sido probablemente el más letal de la historia. Sucesivas epidemias devastaron a la población a lo largo de milenios, y solo durante el siglo XX fue responsable de la muerte de cientos de millones de personas. Llegó a matar a una de cada tres infectados. Si se dispersase por una gran ciudad, sería una poderosa arma biológica. Por suerte, esta enfermedad fue erradicada en 1978 gracias a una campaña de vacunación masiva, y en 1980 se suministró la última vacuna.

 

Se trata pues de un virus extremadamente peligroso que casi ha desaparecido. Pero se conserva en dos instalaciones de alta seguridad: una en Atlanta (Estados Unidos) y otra en Novosibirsk (Rusia). O eso se creía, porque recientemente se han encontrado unos recipientes repletos de viruela que permanecían olvidados en un almacén desde los años cincuenta.

 

Según explica al periódico estadounidense el portavoz del Centro de Control de Enfermedades (CDC), Tom Skinner, un científico estaba limpiando un almacén la semana pasada, en el campus del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, en Bethesda, cuando encontró 16 viales de cristal marcados con la etiqueta «viruela» en una caja rellena de algodones y en una sala que estaba a unos cuatro grados centígrados.

 

Una crisis global

 

«Un brote de viruela era considerado como una de las peores cosas que le podía pasar a una comunidad», dijo Michael Osterholm, un experto en bioterrorismo, a «The Washington Post». «Es una enfermedad que tuvo un impacto importante en la historia de la humanidad».

 

El experto en bioterrorismo ha asegurado que una fuga accidental del virus en el laboratorio podría hacer enfermar a un número bajo de personas y que el brote quedaría controlado gracias a las vacunas y a los antivirales. El problema sería, en su opinión, que se difundiera por una gran área metropolitana. «Eso sería una crisis global».

 

Los viales fueron enviados el lunes en aviones del gobierno al cuartel general del CDC, en Atlanta, para ser analizados y posteriormente destruidos.

 

Destruir o no al virus

 

Aunque no es tan contagiosa como la gripe, la viruela mataba a una de cada tres personas y provocaba enormes sufrimientos. Los síntomas incluyen una fiebre muy alta, la aparición pústulas en la piel que rezuman y luego se endurecen, delirio, diarrea, dolor de cabeza, etc.

 

Durante décadas, la comunidad científica ha debatido si hay que destruir las últimas muestras de viruela, para usarlas en futuras vacunas si hay un rebrote, o si por el contrario hay que destruirlas, para evitar el riesgo de que haya una fuga o se usen como armas biológicas.

 

El hallazgo se produce días después de que varios científicos del CDC quedasen expuestos a la bacteria que provoca la enfermedad del carbunco.

 

 

ABC

Comparte esta noticia: