Varios heridos y detenidos dejaron las manifestaciones populares contra la corrupción en el sector de los transportes públicos realizadas entre la noche del miércoles y la madrugada de hoy en Sao Paulo y en la mañana de este jueves en Río de Janeiro.
En la capital fluminense, dos personas fueron detenidas durante un tumulto ocurrido en un acto realizado en la Cámara de Concejales de Río, que hoy celebró la primera reunión de una comisión parlamentaria destinada a investigar los contratos de la alcaldía con las empresas de transporte colectivo de pasajeros, aseguró DPA.
Mientras se realizaba la primera sesión, manifestantes contrarios a la forma como se votó la integración de la comisión bloquearon la avenida Rio Branco, una de las principales arterias de la ciudad. Con sus bocas amordazadas, los activistas exigieron la anulación de esa comisión y la renuncia de los cuatro integrantes de la misma que no firmaron su creación, entre ellos quien fue designado presidente de la misma, Chiquinho Brazão.
La sede de la Cámara de Concejales está ocupada por 11 activistas desde hace seis días, y según denunció el presidente Jorge Felippe, en la noche del miércoles fue mantenido en «cárcel privado» por los ocupantes, quienes habrían trancado por fuera los portones con candados, impidiéndole salir.
El legislador sólo pudo salir del edificio por una puerta lateral, con ayuda del Batallón de Choque de la policía militarizada.
El «secuestro» del legislador ocurrió después de que éste y los ocupantes celebraran una reunión en la que no se logró acuerdo puesto que, según Felippe, la exigencia de anulación de la comisión parlamentaria es «inviable».
En Sao Paulo se realizaron dos manifestaciones contra las denuncias de la existencia de un cartel, formado por empresas multinacionales, que cometía fraudes en licitaciones de líneas de metro y tren, y en favor de la salida del gobernador Geraldo Alckmin.
Una de las protestas fue realizada frente a la Cámara Municipal, en el centro de la metrópolis, de la que se calcula que participaron unas 3.000 personas. La sede de la Cámara Municipal llegó a ser invadida por unas 55 personas que llegaron hasta el gabinete del presidente de la Cámara, José Américo, del oficialista Partido de los Trabajadores (PT).
Impedidos de ingresar al edificio, el resto de los manifestantes arrojaron piedras y explosivos contra la fachada, por lo que fueron reprimidos por la policía con bombas lacrimógenas y gas de pimienta.
Según la policía, el incidente dejó dos detenidos y al menos cuatro heridos por pedradas: tres policías y un camarógrafo.
Frente a la Asamblea Legislativa paulista, otra concentración, convocada por el Movimiento Pase Libre -impulsor de las protestas que sacudieron a todo el país en junio pasado-, sindicatos y movimientos sociales, demandó la creación de una comisión parlamentaria que investigue las denuncias vinculadas al presunto cartel en los transportes, que habría sobrevalorado precios de insumos y mantenimiento de las redes de trenes y metro.
Tras negociar con los legisladores, unos 600 manifestantes fueron autorizados a ingresar a la sede de la Asamblea y ocuparon galerías y auditorios. Cuando un segundo grupo negociaba su ingreso, algunos activistas comenzaron a empujar contra las rejas que cercan el edificio y fueron reprimidos con bombas lacrimógenas.
En el incidente resultaron heridas tres personas, entre ellas una mujer que recibió un balazo de goma en la pierna, pese a que el comandante del operativo, mayor Sérgio Watanabe, negó que la policía haya usado ese tipo de munición.
Fuente: EU
