James Story dejó de ejercer sus funciones como embajador de Estados Unidos para Venezuela el pasado 19 de mayo. Fueron casi  cinco años de servicio tanto en la embajada en Caracas como en la Oficina Externa de Estados Unidos para Venezuela (VAU), establecida en Bogotá tras el cese de operaciones diplomáticas en territorio nacional. El Departamento de Estado consigna que Story trabajó para lograr la “restauración democrática” en nuestro país. Una tarea inconclusa pero no derrotada.

Diplomático de carrera en el servicio exterior de su país, Story construyó, a pesar de la distancia física, una relación cercana con Venezuela y los venezolanos, así como con sus organizaciones políticas y civiles. Su programa Aló Embajador contribuyó a esa aproximación, además del talante abierto y cordial del funcionario estadounidense. “Seré un amigo para siempre de Venezuela”, dijo en su mensaje de despedida.

En esa despedida dejó también unas preguntas e ideas para responder  y pensar tanto por “el grupo en Miraflores” como por “los políticos de la oposición” y el “pueblo de Venezuela”. Preguntas e ideas sencillas –pueden incluso sonar ingenuas- que van al meollo del asunto, y son:

Para el chavismo: ¿Cuál es la ideología? ¿Es solo sobre el poder y cómo mantenerlo? ¿Cómo pueden echar la culpa a otros de su mal manejo y de la corrupción sin pensar en sus propios errores? Tareck el Aissami es amigo íntimo de los que viven en Miraflores, ¿será que él estaba actuando solo? ¿Cuál es el propósito de tener poder si no es para ayudar al pueblo, si no es para mejorar la vida de los seres humanos?

Para la oposición: las diferencias en las posiciones de la oposición son muy pequeñas pero parece que cada quien quiere tener su propio partido y su propia posición. Si me piden consejo diría que deben tomar decisiones (sobre el tema del CNE) y no esperar a septiembre. Hay que pensar en cómo hacer esas primarias de la forma más amplia posible.

Una más para la oposición: Hay muchas conversaciones en Twitter pero yo creo que la lucha por la democracia está en Catia, en Petare, en Zulia, en Táchira, en Apure; está en las calles, en las escuelas, en los que quieren un cambio.

Para el pueblo: Es un derecho registrarse para votar, es un derecho votar, es un derecho alzar la voz, es un derecho mostrar al mundo el poder de la esperanza. Siempre vamos a estar con ustedes.

En ciertos ámbitos de nuestra América Latina y de algunas naciones europeas es de manual descalificar opiniones como las del embajador Story por representar al país que él representa: Estados Unidos, la primera potencia del mundo, el “imperio”, como se cansó de llamarlo Hugo Chávez.

Con ligereza se pasa por alto que esa es la democracia más longeva y más sólida del planeta, con más de 200 años de gobiernos democráticos electos uno tras otro, aún en tiempos de guerras interna o externas. Avergonzarse de ese apoyo es una enfermedad infantil.

Editorial de El Nacional