El papa Francisco cumplió este sábado ochenta años y, por esa razón, celebró una misa en la que pidió una vejez “tranquila y fecunda”, al tiempo que recibía los buenos deseos de miles de fieles y de autoridades de Italia y del mundo.
“Desde hace algunos días me viene a la mente una palabra que parece fea: la vejez. Asusta por lo menos (…) ‘La vejez es sed de sabiduría’, esperemos que también para mi”, afirmó durante la misa, celebrada ante 60 cardenales en la Capilla Paulina del Vaticano.
Este 17 de diciembre pasa por ser una jornada normal en el Vaticano, donde no se celebran los cumpleaños sino los onomásticos, pero al mismo tiempo tuvo un carácter especial, sobre todo por la edad que alcanza el papa, los ochenta años.
Tal es así que Francisco ha recibido el afecto de sus fieles, empezando por ocho mendigos, uno de ellos peruano, que a primera hora de la mañana acudieron a su residencia, la Casa Santa Marta, para felicitarle y regalarle tres ramos de girasoles.
El pontífice les invitó a desayunar, charló con ellos y les ofreció algunos dulces típicos argentinos y, por la ocasión, en los comedores sociales de Roma se repartirán dulces y en los albergues sobres con una postal navideña y un “pequeño regalo”.
Por otro lado la Secretaría de Comunicación del Vaticano ha lanzado en Twitter la etiqueta #Pontifex80 y ha habilitado siete cuentas de correo electrónico para recibir las felicitaciones al papa en diferentes idiomas.
La Santa Sede informó que, hasta la mañana del sábado, ha recibido más de 50.000 mensajes para el pontífice procedentes del todo el mundo, de los cuales mil estaban escritos en latín.
Francisco también ha recibido algunos regalos, como un bono de cinco viajes al santuario mariano de Lourdes ofrecido por la asociación UNITALSI y que el papa podrá ofrecer a una familia de cristianos perseguidos que hayan encontrado refugio en Italia.
EFE