Con solo tres años, Adele sufrió el abandono de su padre, Mark Evans. Ahora él se muestra arrepentido y ha pedido en una emotiva entrevista concedida al diario The Sun que le dejen ver a su nieto Angelo James antes de morir de cáncer.
Evans abrió su corazón en la edición dominical del periódico. «No he estado para mi hija cuando debería haber sido. Me he arrepentido cada segundo del día. Esto me rompe por dentro», manifestaba.
Mark, de 51 años, ha superado su adicción al alcohol y reconoce que abandonar a su mujer Penny y a Adele fue un error imperdonable. «Ponerme en contacto con mi hija es como llamar al presidente de EEUU».
«Todos mis amigos dicen: ¿Qué pasa en realidad? Tengo que decirles que no lo sé. Acabo de estar condenado al ostracismo», añadía Evans, que ya ha perdido casi todas sus esperanzas.
El padre de Adele trabaja como fontanero a tiempo parcial y lucha contra tumores que le han diagnosticado en el colon y en el estómago. Sus ganas de vivir son enormes y afirma que una reconciliación con Adele sería su «mejor antídoto».
La intérprete de Rolling In The Deep vive actualmente su momento personal más dulce. Su relación con Simon Konecki va viento en popa y está volcada con su bebé de 11 meses.
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