El líder ultraderechista italiano de la Liga, Matteo Salvini, evitó este viernes ser sometido a un segundo juicio por el bloqueo en el mar en 2019 de un grupo de migrantes cuando era ministro del Interior.
La decisión fue tomada por el tribunal de Catania (Sicilia, sur) a pedido de la fiscalía, que solicitó archivar el caso.
Salvini estaba acusado de bloquear el desembarco en julio de 2019 de 131 migrantes rescatados por la nave “Gregoretti” de la Guardia Costera italiana.
Matteo Salvini, quien asistió a la audiencia, se felicitó inmediatamente por la victoria conseguida.
“El juez decidió: ¡NO AL JUICIO! Gracias a quienes me apoyaron”, reaccionó en twitter.
Sin embargo, Salvini será juzgado en Palermo, capital de Sicilia, por un caso parecido: por secuestro de personas y abuso de poder, al haber prohibido el desembarco de 147 migrantes rescatados en el Mediterráneo por la embarcación humanitaria española “Open Arms” en agosto de 2019.
Los migrantes permanecieron seis días en alta mar, cerca de la isla italiana de Lampedusa, en condiciones difíciles, sin poder desembarcar ante la negativa de las autoridades italianas.
“Estoy sereno: si en Catania no consideran que hubo un secuestro de persona, no veo por qué debería considerarlo Palermo”, comentó Salvini a la prensa tras el veredicto.
La decisión judicial fue tomada justo después de que se registrara una nueva ola de llegadas de migrantes a la isla siciliana de Lampedusa.
Como ministro del Interior, Salvini convirtió su política de mano dura contra la migración en su principal objetivo, lo que le valió el favor de los sondeos.
Salvini entró en 2018 en el gobierno de coalición con el Movimiento 5 Estrellas (M5E, antisistema).
Pero en agosto de 2019, con las encuestas favorables, provocó una crisis de gobierno para reclamar elecciones anticipadas y así gobernar con las derechas, pero le salió mal y quedó relegado a la oposición.
El ultraderechista decidió apoyar desde febrero pasado al gobierno de unidad liderado por Mario Draghi, pero se ha convertido en un aliado incómodo al presionar por la suspensión de las restricciones contra el coronavirus y denunciar la nueva ola de desembarcos.
Entre el 1 de enero y el 11 de mayo, cerca de 13.000 personas desembarcaron en las islas italianas, entre ellas la siciliana Lampedusa.
La mayoría son migrantes provenientes del norte de África, que atraviesan en embarcaciones improvisadas el Meditarráneo.
El número es tres veces mayor que el registrado en 2020 en el mismo período y diez veces más que en 2019, estima el gobierno.
afp