El día de La Victoria

El día de La Victoria

Edmundo González Urrutia, el candidato unitario de las fuerzas democráticas venezolanas para las elecciones del 28 de julio, le habló por primera vez, en vivo y directo, a una multitud. Su debut en la actividad que caracteriza una campaña electoral ocurrió en su ciudad natal, La Victoria, en el estado Aragua, el sábado 18 de mayo. La Victoria es una ciudad histórica venezolana por la célebre batalla en la que José Félix Ribas, al frente de un ejército de seminaristas y estudiantes, derrotó el 12 de febrero de 1814 a las tropas realistas al mando de Francisco Tomás Morales.  Por esa gesta, el 12 de febrero se celebra en nuestro país el Día de la Juventud, fecha siempre de protesta y reclamo a los poderes públicos.

Días antes de la concentración, María Corina Machado, la líder electa en la primaria del 22 de octubre e inhabilitada sin juicio alguno por el gobierno de Nicolás Maduro, y González Urrutia anunciaron el acto de La Victoria -con esa carga simbólica del nombre de la localidad aragüeña-, que significa la incorporación del candidato a los actos de masas del proceso electoral, que continuarán en los días y semanas venideras.

Desde la confirmación de la candidatura opositora, tras sortear los inverosímiles filtros establecidos por el poder, el diplomático venezolano ha desarrollado una intensa agenda de reuniones con factores políticos y sociales que ha permitido sumar más apoyos al proceso que se espera conduzca al cambio político en el país.

En La Victoria, como ha ocurrido en poblaciones visitadas por Machado en Barinas, Portuguesa, Trujillo y Miranda, por nombrar solo las más recientes concentraciones, se congregaron miles y miles de personas de diversas zonas del este del estado Aragua, pero también de núcleos urbanos cercanos de los estados Miranda, Carabobo y el Distrito Capital. La reseña del portal Efecto Cocuyo, testigo del acto multitudinario, destaca la amplia presencia de mujeres, jóvenes y de edades avanzadas, con carteles alusivos al regreso de sus hijos desde el exterior y en apoyo a la dupla de Machado y González Urrutia, «Dios mediante, amén», rezaba uno de ellos, porque el sentimiento de incertidumbre en torno al proceso electoral es, también, compartido más allá de la dirigencia política y social.

La multitud que vitoreó -nunca mejor dicho- a María Corina y a Edmundo ocupó una avenida interseccional del sector de Las Mercedes, ancha y larga, de gente apiñada, como en los mejores tiempos de Hugo Chávez -recordaban los lugareños-, mientras escuchaban la presentación que la líder de Vente Venezuela hizo del candidato González Urrutia; y luego, la de él, sosegada y precisa.

El mensaje de González Urrutia es muy claro: rescate institucional del país, cese de las persecuciones y recuperación económica y social. Le pidió a la multitud que se imaginara un país en el cual el presidente no insulte a sus adversarios; un país en el que el dinero valga; en el que al abrir el grifo del agua, salga agua; en el que al tocar el interruptor de la luz, haya luz o se apague por decisión propia; un país, en fin, en el que sus hijos emprendan el regreso a casa.

La dupla que encarnan Machado, como la líder popular de mayor arrastre en el país, y González Urrutia, como el candidato impensado decidido a conducir la transición política a la democracia, transmiten también una imagen familiar y cercana que se muestra ante la gente porque, si bien se trata de una lucha política  -además en condiciones muy adversas-, se busca remarcar el carácter ciudadano y sin distingo de colores ni credos, que anima al cambio político.

 

Edfitorial de El Nacional

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