Afectados acusan lentitud y fallas para responder a la necesidad de abastecimiento de alimentos a precios regulados en los supermercados. En la Intendencia de Maracaibo se registran los casos con dificultades para acceso a compras bajo el sistema biométrico
Sin huellas no hay alimentos. El control con el captahuellas aumenta problemas para las familias. Ya no son las horas de espera. Las personas de la tercera edad y con discapacidad por carencias de salud tienen el peor resultado de la medida; tienen negado el abastecimiento de productos regulados. Y es que los años y el uso de medicamentos desaparecen parte de sus líneas dactilares, lo que les niega el acceso a surtirse de bienes esenciales.
Ayer, cansados de acudir hasta tres veces a la Intendencia de Maracaibo y tener más de 15 días sin comprar alimentos, reclamaron a gritos su derecho a un trato digno. Lucy Cabeza, desesperada por el calor y el sol, mostró sus brazos y manos; los estragos de las diálisis afectaron sus huellas. “No puedo comprar porque se me borraron las huellas. Soy paciente discapacitada y en los supermercados me envían a la Intendencia y aquí no me solucionan. Cómo puedo comer”, vociferó mirando a funcionarios policiales cabizbajos.