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El comercio se metió en las colas por alimentos

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El comercio se metió en las colas por alimentos

Arcelia Rodríguez es estudiante de tiempo completo. De lunes a viernes estudia en una reconocida universidad en Naguanagua para convertirse en Licenciada en Administración. Como muchos venezolanos, ha tenido que hacer colas, prefiere una cadena de supermercado del Estado en la avenida Bolívar porque invierte su dinero en varios productos, a pesar que la última vez aguardó 10 horas para comprar.

 

Durante su espera se le ocurrió regresar la siguiente semana para vender algo, y lo hizo. La joven salió de su casa a las 6 am con una cava llena de arepas y un termo lleno de té helado, a las 9 a.m. toda su mercancía había desaparecido.

 

Muchas personas aprovechan la espera en las colas para comercializar algún producto. En general el mercado lo domina la venta de alimentos como empanadas, tequeños, jugos y tortas. Betty Escobar aprovechó la oportunidad para obtener ingresos y algunos rubros, mientras alimentaba algunos comensales su hija estaba en la fila. Llegó a las 5 am desde Bella Vista con dos envases llenos de comida y la intención de regresar a su hogar con harina y pollo.

 

La visión de convertir la espera en una especie de mercado se ha vuelto popular. Se ofrecen condimentos, hortalizas y el más insólito de todos: el alquiler del banquito. Luis Alberto Ayudex, llega a las 2 am al supermercado con 100 banquitos, los alquila a 15 bolívares hasta que la persona ingresa. En un sitio donde se mantienen más de 500 personas, la mitad se divide entre ciudadanos de la tercera edad, mujeres embarazadas y niños en brazos, es un proyecto funcional según comenta el propio Ayudex mientras atareado se ocupa del negocio.

 

En cambio, otros comercios de alimentos privados mantienen poca venta de rubros escasos, no obstante gerentes de dos cadenas diferentes expresaron que la distribución ha mejorado un poco, aún no pueden ofrecer cantidades grandes pues la mercancía que llega es insuficiente.

 

Una noche en fila para comprar leche
A las 10 pm del pasado viernes, cientos de padres y madres porteños comenzaron a ubicarse en cola frente a la sucursal local de una comercializadora en Puerto Cabello, para comprar leche.

 

Tras 12 horas de permanecer formados, la población masculina se quedó con las manos vacías. Los efectivos castrenses los sacaron de la cola sin explicación ni contemplación.

 

 

Sara Pacheco / Litzy Sánz Nava

Fuente: El Carabobeño

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