El cierre del gobierno causará el lunes más trastornos y acarreará peligros políticos después de que el Senado fracasara en su intento para concretar un acuerdo que habría permitido a las agencias federales reanudar su funcionamiento antes del inicio de la semana laboral.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, prometió el lunes en el Senado que, si el gobierno permanece abierto, procederá a un debate sobre inmigración con un proceso de enmienda «justo» y un debate que tendrá un «campo de juego nivelado».
Pero hasta ahora, eso no parece ser suficiente para convencer a los demócratas del Senado de que rompan el impasse por el gasto. «El Senado no puede progresar en ninguno de estos asuntos cruciales hasta que se reabra el gobierno. Tenemos que avanzar, y el primer paso, el primer paso, es poner fin al cierre», dijo McConnell.
El domingo, McConnell, y el líder de los demócratas Chuck Schumer dijeron que las negociaciones continuaban hasta altas horas de la noche del domingo. Para el lunes al mediodía está prevista una votación tendente a neutralizar una maniobra dilatoria de los demócratas contra una iniciativa de financiamiento de corto plazo para el gobierno.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, dice que habrá una votación el lunes al mediodía sobre la posible reapertura del gobierno.
De acuerdo con la propuesta que tomaba forma, los demócratas aceptarían una medida de gasto temporal para tres semanas _que terminarían el 8 de febrero_ a cambio de un compromiso del liderazgo republicano en el Senado de abordar las próximas semanas la política de inmigración y otros asuntos apremiantes.
Sin embargo, los demócratas parecían decididos a buscar un compromiso más firme de McConnell. “Todavía no hemos concretado un acuerdo para un avance”, afirmó Schumer el domingo en la noche.
El líder de la minoría demócrata en el Senado Chuck Schumer dice que todavía no se ha concretado un acuerdo para avanzar.
McConnell emitió sus declaraciones horas después de las conversaciones a puerta cerrada entre los líderes legislativos y los legisladores sobre cómo poner fin a la muestra de disfunción legislativa que comenzó el viernes a la medianoche después de que los demócratas bloquearan una medida temporal de gasto. Los demócratas habían intentado aprovechar la iniciativa del financiamiento para conseguir concesiones, como la protección para unos 700.000 inmigrantes jóvenes traídos de niños de manera ilegal a Estados Unidos.
Al parecer aumentó entre los republicanos la creencia de que todo el peso de las críticas por la parálisis de gobierno recaerá en los demócratas y que éstos habrán de ceder en última instancia. La Casa Blanca y los líderes republicanos dijeron que no negociarían con los demócratas sobre inmigración hasta la reapertura del gobierno.
Había indicios el domingo de que la determinación de los demócratas comenzaba a ceder, debido al aumento de las preocupaciones de que un cierre prolongado podría convertirse en un dolor de cabeza electoral para el partido precisamente en momentos en que muestra más confianza sobre las perspectivas para los comicios de noviembre.
Aunque inicialmente se habían mantenido en su exigencia de un acuerdo sobre inmigración, los demócratas habían optado por atribuir el cierre gubernamental a la incompetencia de los republicanos y el presidente Donald Trump.
El mandatario, que interrumpió negociaciones con regularidad en las últimas semanas, pasó a ser un actor relativamente secundario en los debates del fin de semana. El presidente no se ha presentado al público desde el viernes en la tarde. La Casa Blanca dijo que Trump mantenía una comunicación regular con los líderes republicanos, pero no lo ha hecho con ningún demócrata, dijo un funcionario de la Casa Blanca.
Voz de América