El Gobierno del republicano Donald Trump está intentando frenar el progreso de China en la tecnología de Inteligencia Artificial (IA) impidiendo que empresas estadounidenses exporten chips a ese país, pero Estados Unidos tiene todo que perder con estas, según los expertos.
«El país sufrirá aún más que las empresas individuales», afirmó el analista independiente, Jack Gold.
Para Gold y otros expertos del sector, las nuevas restricciones impuestas a los gigantes estadounidenses fabricantes de chips constituyen una «victoria significativa» para Pekín.
«Una vez que se vuelva competitivo, empezará a vender en todo el mundo. Y luego será muy difícil recuperar el mercado una vez que cambie la cadena de suministro», declaró Gold a la AFP. «Es un verdadero desperdicio», subrayó.
«Esta es la manera más rápida de ceder el liderazgo estadounidense en microprocesadores», coincidió otro experto independiente del sector, Rob Enderle.
Nvidia, que impulsa la ola de IA generativa con sus GPU (tarjetas gráficas) de última generación, prevé un impacto de 5.500 millones de dólares solo para el trimestre en curso.
Por su parte, AMD anunció una pérdida de 800 millones de dólares.
«Arte de magia»
Bajo el mandato del demócrata Joe Biden, Washington ya había regulado las exportaciones de semiconductores más atractivas a China, para preservar el liderazgo de la industria estadounidense y evitar que Pekín desarrolle ciertas aplicaciones militares.
«Hay una diferencia entre los controles de exportación y el bloqueo total del que habla ahora Donald Trump», dijo Gold.
Las nuevas restricciones afectan especialmente a los chips H2O, que fueron diseñados especialmente por Nvidia para su venta legal en China.
La decisión de la Casa Blanca se debe en particular al éxito de la startup china DeepSeek, que ha logrado construir modelos de IA comparables a los de OpenAI (ChatGPT) y otros líderes estadounidenses, con componentes menos recomendados y en menor cantidad (incluido el H2O).
Donald Trump «probablemente piensa que si le ponemos las cosas más difíciles a China y otros países, ganaremos mágicamente. No tiene sentido», lamentó Jack Gold.
«La manera correcta de proceder, en mi opinión, es favorecer a las empresas estadounidenses, en lugar de penalizarlas», frenando así sus propias inversiones en investigación y desarrollo, añadió.
El director ejecutivo de Nvidia, Jensen Huang, ha estado advirtiendo periódicamente que la competencia china está creciendo rápidamente.
Durante una visita a Pekín el jueves, Huang dijo a altos funcionarios que quería «seguir teniendo una fuerte presencia en China», un «mercado muy importante» para su compañía.
En 2024, Nvidia generó 17.000 millones de dólares en ventas en China, lo que representa el 13% de sus ingresos globales.
«No va a funcionar»
Las restricciones se producen en medio de una guerra comercial con fuertes ajustes arancelarios lanzados por Estados Unidos, con la esperanza de reubicar su producción industrial, particularmente de componentes electrónicos esenciales.
Según Trump, volverán así las fábricas a Estados Unidos. «No va a funcionar. Pero digamos que tiene razón. Construir una nueva fundición cuesta entre 20.000 y 40.000 millones de dólares, y eso lleva de tres a cuatro años. ¡Hasta entonces, estamos pagando tasas!», señala Jack Gold.
En un esfuerzo de conciliación, Jensen Huang dijo esta semana que Nvidia fabricará chips para supercomputadoras de IA completamente en Estados Unidos por primera vez.
Pero Estados Unidos «no tiene en absoluto suficiente mano de obra calificada» para ese tipo de emprendimientos, resaltó Jacob Bourne, analista de Emarketer.
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