Editorial de El Tiempo:Y ahora el cónclave

Editorial de El Tiempo:Y ahora el cónclave

Comienza el siempre agitado e impredecible proceso de elección del sucesor del pontífice fallecido.
Con el emotivo, concurrido y solemne funeral del papa Francisco el pasado sábado, que congregó a más de 130 países y a cerca de 50 jefes de Estado, además de tener al mundo con la mirada en Roma, se cierra el capítulo exequial del relevo en el trono de San Pedro. Comienza ahora el siempre agitado e impredecible proceso de elección del sucesor del pontífice fallecido.
Para el próximo lunes 5 de mayo se tiene previsto el comienzo del cónclave, en el que 134 cardenales menores de 80 años votarán dos veces por la mañana y dos veces por la tarde hasta que uno de ellos obtenga las dos terceras partes de los votos para convertirse en el nuevo jerarca de la Iglesia católica.
El caso es que ya comienzan las especulaciones y, todo hay que decirlo, también los juegos de poder tanto en el entorno del Vaticano como en el mismo Estado nación. Se ha citado hasta la sociedad por estos días la frase según la cual el que entra al cónclave papa sale cardenal. Y abundan los pronósticos y conocedores que aseguran tener claro el mapa de fuerzas y las tensiones que aflorarán en la Capilla Sixtina.

134 cardenales menores de 80 años votarán dos veces por la mañana y dos veces por la tarde hasta que uno de ellos obtenga las dos terceras partes de los votos para convertirse en el nuevo jerarca de la Iglesia católica

Por lo pronto, todo indica que las preferencias apuntarán a un candidato con perfil para lograr la unidad que hoy necesita la Iglesia católica, tan polarizada como tantas otras instituciones, países y sociedades en el planeta. Los cambios de Francisco y su estilo generaron conmoción, rupturas y posturas hostiles que muchos ni siquiera se tomaron la molestia de ocultar.
Y si bien es claro que se trata de un proceso en manos de seres humanos proclives a todos los pecados capitales, también es verdad que los fieles en todo el mundo no paran de orar para que el soplo del espíritu se haga presente y designe como sucesor de Francisco a alguien que por lo menos garantice la preservación de un legado que hoy genera un consenso que el planeta hace mucho no veía. ¿El primer milagro de Francisco?
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