Editorial de El Nacional: Decálogo sobre periodismo de León XIV

Editorial de El Nacional: Decálogo sobre periodismo de León XIV

 

El nuevo Papa concedió su primera audiencia pública a los periodistas. El auditorio Paulo VI del Vaticano acogió a casi 2.500 profesionales de los medios que se desplazaron a Roma, o ya despechaban desde la capital italiana, para cubrir el cónclave y el inicio del pontificado de León XIV.

De las palabras del pontífice, de agradecimiento por el trabajo realizado durante la elección papal que concitó la atención mundial, se puede elaborar una suerte de decálogo para la profesión en estos tiempos tan complejos, de polarización,  desconfianza y persecución.

Primero, León XIV tomó una frase del Sermón de la Montaña, “Bienaventurados los pacificadores”, que estimó relevante para los periodistas porque es un llamado a una comunicación diferente, “que no busque el consenso a toda costa, no utilice palabras agresivas y nunca separe la búsqueda de verdad, del amor con el que debemos buscarla humildemente.”

Segundo, la paz comienza en cada uno: en la forma en que miramos a los demás, escuchamos a los demás y hablamos de los demás.

Tercero, solidaridad con los periodistas encarcelados, que defienden la dignidad, la justicia y el derecho de las personas a estar informadas. “Solo las personas informadas pueden tomar decisiones libres.”

Cuatro, el sufrimiento de los periodistas presos interpela a la conciencia de las naciones y de la comunidad internacional, para salvaguardar “el precioso don de la libertad de expresión y de prensa.”

Quinto, “vivimos tiempos difíciles de navegar y relatar (…) nunca cedamos a la mediocridad.”

Sexto, promover una comunicación que evite la confusión de lenguajes sin amor, a menudo ideológicos o partidistas.

Séptimo, “las palabras que usáis y el estilo que adoptáis, es crucial.”

Octavo, la comunicación no es solo transmisión de información, sino también creación de una cultura, de entornos humanos y digitales que se convierten en espacios de diálogo y debate.

Noveno, la inteligencia artificial, con su inmenso potencial, requiere responsabilidad y discernimiento para garantizar que pueda utilizarse para el bien de todos.

Décimo, desarmemos las palabras y contribuiremos a desarmar el mundo.

Si llevamos estas reflexiones de León XIV a nuestra aldea venezolana, que no es ni de lejos el centro del mundo, tenemos mucho trabajo por hacer. Este decálogo, que quizás no tenga esa pretensión en las palabras del Papa, pudiera ser una guía para medios que ven más allá de donde estamos, que creen en la palabra y la miman; para los periodistas que buscan información a pesar de todas las adversidades y peligros; a los que se rebelan contra lo injusto y con la misma fuerza contra la mediocridad; a los que luchan primero contra sus propios prejuicios.

Es una tarea enorme porque no hay libertad ni crítica hecha con sana intención.  Hay demasiados medios dados de baja o perseguidos o con la daga de la censura sobre sus cabezas. Hay quince periodistas tras las reja. Es enorme, en fin, porque la información es la savia de las sociedades democráticas, abiertas, capaces de ver tanto sus miserias como sus luces.

 

Editorial de El Nacional

 

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