La etapa de madurez: se inició con la Ley de Hidrocarburos de 1943, que estableció el pago del impuesto sobre la renta, obligó a las empresas a construir refinerías en Venezuela y fijó el año 1983 como fin de las concesiones. Gradualmente, las petroleras acataron las leyes, mejoraron las condiciones de sus trabajadores, construyeron campos residenciales y establecieron comisariatos para suministrar a los obreros alimentos de buena calidad y a precios subsidiados. Además, contribuyeron con donaciones e iniciativas para mejorar la infraestructura del país y la calidad de vida de sus habitantes. Esto fue posible por presión de los sindicatos, intervención del gobierno y toma de conciencia de las empresas. Además, enviaron a jóvenes profesionales venezolanos a especializarse en el exterior. En este último punto, el Colegio de Ingenieros de Venezuela fue un factor importante. Construyeron ocho refinerías e inculcaron la motivación al logro, disciplina y sistema meritocrático para los ascensos. El balance fue muy positivo.
Pdvsa: esta empresa del Estado fue bien manejada entre 1976 y el 2002. Entre muchas acciones positivas, con aprobación del accionista, estableció la figura de Convenios Operativos y de Asociaciones Estratégicas, con participación de empresas extranjeras. La toma de decisiones debía contar con la aprobación de Pdvsa. Además, previendo el aumento de la producción planificada, se adquirieron total o parcialmente refinerías en Europa y en Estados Unidos.
A partir del 2003, Hugo Chávez despidió ilegalmente a unos 23.000 trabajadores de todas las nóminas, para tener libertad de utilizar a Pdvsa y filiales al servicio de su proyecto político, continuado por Maduro. Obligaron a las empresas extranjeras a constituir empresas mixtas con mayoría accionaria de Pdvsa, vendieron las refinerías en el exterior y, arbitrariamente, Chávez expropió sin compensación a numerosas empresas, entre ellas a las petroleras ConocoPhillips, que tenía 51% en una Asociación Estratégica y 40% en otra, así como a ExxonMobil, con una participación de 41.67% en otra. Varias de las empresas expropiadas, petroleras o no, demandaron a Citgo, que posee tres refinerías en Estados Unidos. Ojalá el gobierno estadounidense evite que se consuma su venta forzada, ya que es importante para la recuperación económica de Venezuela bajo un nuevo gobierno, que está dispuesto a reconocer las deudas legales y a instar a empresas extranjeras a invertir en Venezuela.
Como (había) en botica: hemos sostenido que la intención de Trump no es invadir, ni extraer a Maduro, sino presionar para que renuncie y detener la presencia de Irán, Rusia, China, Cuba, Hezbolá y la guerrilla colombiana, así como el narcotráfico propiciado por el régimen. En Venezuela, la confrontación no es ideológica, sino entre la democracia y el crimen organizado que está en el poder. La captura de barcos petroleros piratas que navegan sin evidenciar su ubicación es procedente, ya que se desconoce si transportan droga y es probable que no estén asegurados en caso de daño a otras embarcaciones y de derrames de petróleo. Por otra parte, quien esto escribe rechaza el hundimiento de lanchas que transportan droga y el asesinato de náufragos. Rechazamos las nuevas detenciones a demócratas como Nicmer Evans. También la de Melquíades Pulido del equipo de María Corina y de Luis Tarbay que tiene más de un año preso. El Foro Penal Venezolano informa que al 15 de diciembre había 902 presos políticos, de ellos 120 mujeres, 4 adolescentes y 174 militares.
¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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