El martes cambiaron la directiva en el Centro Penitenciario Máximo Viloria, mejor conocido como Uribana. El día de ayer se instaló el nuevo jefe y llegó maltratando a los internos y hasta los custodios, según denuncias de los familiares de los reos.
«Voy a cortar rabo y oreja”, dicen algunos que fueron las palabras de Julio César Pérez, nuevo director de Uribana, quien llegó hasta el módulo 2 (sitio donde se encuentran los de mejor comportamiento), sacó a todos los internos y los puso a hacer orden cerrado, sin perdonar a quienes se encuentran en silla de rueda. Hasta los hizo tirarse en el piso. Maltrato y golpe parejo fue lo que comenzaron a llevar los reclusos.
Según las denuncias de los familiares de los privados de libertad este hombre viene de la Comunidad Penitenciaria Fénix, lugar donde se encuentran internos condenados y quienes saben que les imponen orden cerrado desde las cuatro de la madrugada y a veces hasta la una de la madrugada. Los castigos eran encerrar a los reos y atacarlos a punta de gas, para no dejar en su cuerpo marca de las palizas.
Trascendió que también trabajó en la cárcel del Rodeo, donde también salió por denuncias de maltratos y al parecer ahora manejará los dos penales. Durante su estadía en Fénix hizo que 24 custodios perdieran su trabajo por algunas averiguaciones que les abrió.
Familiares estaban desesperados sabiendo que estaban maltratando a sus seres queridos; muchos lloraban al no poder hacer nada para salvar a los suyos y se reunieron en las afueras del penal para hacer presión.
Aseguran que en menos de tres meses han pasado tres directores por el penal. Elio Hurtado y Orlando Escanillo, los salientes jefes, eran los únicos que trataban a los internos con respeto y acabaron con la corrupción existente, por cuanto se pagaba hasta por los traslados, pero fueron enviados a Mérida porque existen denuncias similares a las actuales de Uribana.