Walter Palmer, que dio muerte al felino de 13 años, aseguró que confió en la experiencia de los guías para asegurarse de que la caza era legal
Un multitudinario reproche a nivel mundial ha conseguido Walter Palmer, el dentista estadounidense que con un arco y flecha dio muerte a uno de los leones más queridos de Zimbabwe.
Según se informó ayer, este cazador habría pagado más de 36 millones de pesos para concretar el acto en un parque nacional del país africano, donde finalmente Cecil, el león de 13 años, terminó decapitado, después de que fuera atraído con un cebo hasta las afueras del recinto protegido.
El animal estaba siendo estudiado por la Universidad de Oxford por lo que llevaba en su cuello un collar GPS para seguir su rastro.
Pero Palmer aseguró no haber estado al tanto de la situación y a través de un comunicado justificó su hecho.
«No tenía idea de que el león que tomé era un ejemplar conocido y apreciado por los lugareños, que tenía un collar y que era parte de un estudio hasta el final de la cacería», indicó.
Además, aseguró haber confiado en «la experiencia de mis guías profesionales para asegurarme de que la caza era legal».
Pese a esto, el administrador del Zimbabwe Conservation Task Force, Johnny Rodrigues, señaló que la muerte de Cecil fue cruel ya que lo atrajeron hasta las afueras del recinto con un animal muerto y cubrieron de olor un área de medio kilómetro de distancia del parque.
Al atacarlo con una flecha, los dos hombres que hacían de guía -y que se encuentran detenidos- lo persiguieron y lo encontraron 40 horas después para terminar con su vida, quitarle la piel y decapitarlo. Sin embargo, la cabeza no ha sido hallada.
«Lo más triste de todo es que Cecil está muerto y que el siguiente león en jerarquía, Jericho, probablemente matará a todos los cachorros de Cecil para que pueda pasar su propia estirpe a las herbras. Es lo que hacen los leones», dijo Rodrigues.
La Tercera