Los trucos sexuales tienen un gran éxito. Sólo hay que ver cómo proliferan en revistas y en medios de comunicación de todo tipo desde que empezó a ponerse de moda el bikini, llegó la época del destape y los kioskos se llenaron de publicaciones de lo más variopintas. Es decir, desde hace ya una eternidad.
Internet es también un terreno abonado para consejos y métodos que prometen éxito en las relaciones sexuales. ¿Pero, son realmente infalibles? ¿Todos ellos consiguen que tu pareja o que uno mismo disfrute más del sexo? Esta es la gran pregunta, un interrogante que, muy probablemente, tiene tantas respuestas como personas los apliquen.
Lógicamente, en cuestión de placer, sentimientos de deseo y amor, cada persona es un mundo. Suena a topicazo, pero no deja de ser una realidad palmaria, y quizás por eso muchas recetas o fórmulas que parecían no poder fallar, llegado el momento no son tan buenas como parecían.
¿Calcetines, sí o no?
No se trata, por lo tanto, de seguir unos pasos literalmente en cuestiones como posturas, cómo practicar el sexo oral, no llevar calcetines para practicar sexo o cómo resultar más atractivo.
A la hora de la verdad, hay una serie de factores que resultan decisivos, como los gustos personales, la oportunidad o cualquier otro aspecto que ni siquiera podíamos sospechar.
¿De verdad funcionan los trucos sexuales?
¿Eso quiere decir que no valen los trucos? En ocasiones pueden valer pero, por supuesto, no hay garantía de éxito. Como tantas otras cosas en la vida, a veces hay que aprender para luego desaprender y así lograr algo propio, personal, único. Aplicar el método de prueba y error como forma de aprender a amar al otro y sumar a ello una buena dosis de sentido común, paciencia y unas gotitas de locura puede ser una fórmula perfecta, con las suficientes incógnitas, ésta sí, para resultar infalible.
Fuente: Sexólogos
