Tal parece que a Nicolás Maduro ya le picaban los pies por las ganas que tenía de hacer un viaje, así que esperó la invitación a la Cumbre de las Américas y cuando no la recibió se montó en su avión con una extensa comitiva rumbo a una “gira euroasiática”, que se ha extendido sorpresivamente hasta Qatar. ¿El propósito del periplo? No se sabe a ciencia cierta porque han sido unas visitas relámpago; pero él insiste en que quiere promover el mundo multipolar y hacer acuerdos en beneficio del país.
Un recorrido con poco tiempo de preparación, pues en el mundo diplomático este tipo de actividades requieren hasta de equipos técnicos que revisen pactos vigentes e intereses mutuos meses antes de que se encuentren los mandatarios; pero este no fue el caso. Sin No obstante, se están viendo los resultados inmediatos, porque el lunes llegaron a la isla de Margarita 23 “influencers” y operadores turísticos de Irán. Y allí se ve la intención de esta gira que tan diligentemente emprendió Maduro.
Hay que reconocer que los asesores cubanos le están poniendo al turno, sobre todo porque saben que si Venezuela empeora, arrastra consigo a la isla y a su dictadura. Le deben haber recomendado a Maduro que busque rápidamente sustituto para los negocios que tenía con Rusia porque la terrible guerra con Ucrania se ha alargado más de lo que el Kremlin pensaba. Cuando en febrero Putin puso pie en suelo ucraniano, salieron del país como pudieron los turistas rusos que estaban veraneando en Margarita. Ahora serán sustituidos por iraníes.
No hay que desestimar los acuerdos petroleros y los intercambios estratégicos para sortear sanciones, una de las especialidades del gobierno de los ayatolás. Está pendiente la resolución del misterio del avión en Argentina, pero está visto también que a Maduro poco le importa que lo asocien con terroristas. Varios analistas, incluso, consideran que es ese uno de los mensajes que quisieron enviar a Estados Unidos con este viaje: Venezuela se junta con los indeseables del mundo. Pero la triste verdad es que ningún país democrático y respetuoso de los derechos humanos lo respalda en ninguna de sus ideas. De Turquiye (como se llama ahora Turquía) seguramente vendrán productos alimenticios, aunque ya estaban llenando los estantes de los miles de bodegones que los enchufados tienen repartidos por las principales ciudades venezolanas.
Quién sabe si el paseo por Qatar haya sido guiado por el deseo de ver las instalaciones del Mundial de Fútbol antes de la competencia de finales de año. No se conoce nada en concreto de la agenda que cumple Maduro en este país, como no se ha sabido de ningún programa en los anteriores. Lo que sí es cierto es que ha gastado gasolina a montones y además llama la atención la extensa comitiva que obviamente la pasa a sus anchas en los alojamientos cinco estrellas.
¿Beneficios reales para los venezolanos? Ninguno. Si bien es cierto que el país siempre le ha abierto los brazos a todo el mundo, poco tenemos en común con esta parte del mundo, que no sean los negocios petroleros. Seguirá llegando petróleo y combustible iraní y Maduro y sus compañeros seguirán cobrando los dividendos.
Editorial de El Nacional