5.091 millones de dólares, equivalentes a 40,8% del ingreso petrolero, hubieran sido necesarios para que los más de 4 millones de hogares que viven en pobreza extrema en Venezuela hubieran alcanzado el ingreso de 222,60 dólares mensuales que les habría permitido superar la línea de pobreza extrema.

Estos datos fueron revelados por la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) correspondiente a 2023.

El ingreso promedio de los hogares en pobreza extrema fue estimado 120,70 dólares mensuales, 85,37 dólares por debajo de la línea de pobreza, mientras que el Gobierno destinó a pagos de bonos, a través del Sistema Patria, una cifra estimada en 1.781 millones de dólares, una fracción de 34,98% del monto necesario para que estas asignaciones permitieran evitar la pobreza extrema.

En otras palabras, el gasto en bonos quedó rezagado en 65,02% para que estas asignaciones cubrieran el ingreso mínimo de subsistencia de los más pobres.

Los bonos en cifras

Según los datos revelados por la ENCOVI 2023, el monto promedio de cada bono del Sistema Patria en 2023 fue de 11 dólares, más del doble frente a los 5,5 dólares de 2022 y un aumento de 340% en comparación con los 2,5 dólares promedio de 2021.

El 44,1% de los hogares encuestados recibió estas asignaciones mensualmente -entre 9 y 12 veces al año-, al tiempo que 24% señaló una frecuencia quincenal. Un total de 1,7 personas recibieron estos pagos por hogar.

Según la ENCOVI 2023, 79,5% de los hogares encuestados en el país dijo haber recibido al menos un bono del Sistema Patria en 2023, un aumento de 12% en comparación con la cobertura de 71% que reportó este sondeo en 2022.

Por otra parte, el valor promedio de los bonos recibidos se ubicó en 19,6 dólares, un alza de 157,9% frente a los 7,6 dólares de 2021.

El 59,2% de los receptores de estos bonos fueron mujeres, mientras que los hombres recibieron el 40,8% restante. Una de las prioridades de estas asignaciones es proteger a la población infantil y a la maternidad.

«Desde hace varios años la política social en Venezuela ha transitado de un esquema fragmentado de prestación de servicio, a través de lo que se conocieron como las misiones sociales, a una intervención social centrada en las transferencias monetarias», dice el reporte de la encuesta.

«Si bien esto es una medida adecuada para un contexto en el cual los ingresos están deprimidos de manera universal; sin embargo, es mucho el camino que debe recorrerse para hacer que estas transferencias y los programas de distribución de alimentos sean mucho más progresivos de lo que son en la actualidad», concluye el reporte.

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