El presidente de la Cámara Venezolana de la Construcción, Enrique Madureri, señaló que el sector ha estado ajeno a la recuperación económica de este año 2022, con una caída sostenida de 97% en los últimos 10 años.
Detalló que la implementación de políticas desacertadas, el proceso hiperinflacionario que vivió el país y la pandemia impulsaron la caída del sector construcción, aunado a que la cadena de valor completa está en manos del Estado y la mayoría está paralizada.
“La cadena comprende los proveedores de insumos y servicios, las acerías, las cementeras, las fábricas de plástico, los vidrios, y la mayoría está en manos del Estado, que no tiene suficientes ingresos fiscales ni petroleros y la inversión ha estado muy disminuida”, enfatiza Madureri.
Este panorama no se repite en la construcción privada en el sector comercio, de acuerdo con el presidente de la CVC, quien aseguró que sí ha avanzado de forma importante con la construcción de grandes almacenes.
“Hay muchas ciudades que tienen inversión en grandes almacenes, bodegones muy grandes. La construcción está enfocada en eso, mientras en el sector de oficinas no hay mucha demanda o mucha expectativa. Lo que está construido en Las Mercedes, más de 1 millón de metros cuadrados que están disponibles, pueden pasar hasta 15 años para ser colocados en el mercado”, señaló.
Ante este escenario, el presidente de la Cámara Venezolana de la Construcción, Enrique Madureri, considera que, con la reactivación del sector petrolero y la renegociación de sanciones internacionales, se puede impulsar la inversión y el crecimiento en el sector.
“Las empresas petroleras deben administrar la renta petrolera, reportar y cobrarse los costos y los gastos, mientras reportan las utilidades y los gastos. Se necesita una apertura petrolera, porque las sanciones afectan las inversiones de la empresa petrolera y la promoción y la inversión en el sector privado y público. Con estos dos puntos, va haber mucha oportunidad de crecimiento en el sector construcción”, precisó.
Sobre el deterioro de los servicios públicos e infraestructuras, el gremialista señaló que “en Venezuela no necesitamos más electricidad, ni más producción. Hay que arreglar lo que ya tenemos en agua o en transporte público. Se requieren aproximadamente 10.000 millones de dólares en tres años para rehabilitar el trasporte superficial, el agua y la electricidad”.
2001