Apenas un año después de su formación, todo apunta a una ruptura de la coalición de gobierno en Grecia: el presidente de la Izquierda Democrática, Fotis Kouvelis, propuso que su partido retire a sus dos ministros, aunque apoyará al Ejecutivo absteniéndose en las votaciones.
Fuentes de la agrupación señalaron hoy que pese a ello, al menos cuatro de los 14 diputados que tiene el partido izquierdista defendieron la permanencia en la coalición. La reunión de crisis continúa, informó DPA.
Incluso aunque la Izquierda Democrática se retire, no sería necesario convocar elecciones, porque conservadores y socialistas tienen en conjunto una mayoría de 153 de los 300 mandatos en el Parlamento.
«Quiero que todos sigamos. Nadie quiere un país sin gobierno. Nos quedan tres años y llegaré hasta el final», dijo por su parte el primer ministro griego, el conservador Antonis Samaras.
También los socialistas se mostraron partidarios de continuar. «Lo último que necesita ahora el país son elecciones», advirtió un estrecho colaborador del presidente de los socialistas, Evangelos Venizelos.
El detonante de la actual crisis fue la decisión unilateral de Samaras de cerrar el martes pasado la radio y televisión públicas (ERT) y dejar en la calle a 2.600 trabajadores.
Ante el enfrentamiento con sus socios, Samaras aceptó que 2.000 empleados reciban un contrato temporal hasta que sea lanzado el nuevo ente de radio y televisión pública. Izquierda Democrática exige además que la institución siga emitiendo hasta que esté operativa su sucesora.
Mientras tanto, los socios europeos mantienen la presión sobre el país, altamente endeudado. La troika de acreedores tiene que terminar con sus inspecciones a finales de julio, de lo contrario habrá un retraso en el pago del siguiente tramo de las ayudas, dijo hoy en Luxemburgo el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem. «La situación política es difícil», reconoció.
«La pelota está en la cancha de las autoridades griegas», comentó por su parte el comisario de Economía del bloque, Olli Rehn. El funcionario finlandés exigió más reformas y esfuerzos presupuestarios por parte de Atenas para poder recibir el visto bueno de la troika.
Ésta, formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), había suspendido temporalmente su misión a principios de la semana.
Fuente: EU