Crece incertidumbre de comerciantes ante demanda desbordada

Crece incertidumbre de comerciantes ante demanda desbordada

El desespero por comprar electrodomésticos a bajos precios crece y con ello la incertidumbre de los comerciantes por la demanda desbordada.

Las tiendas que venden electrodomésticos amanecieron con personas en cola esperando su turno para comprar. La presión de los consumidores hizo que algunos comerciantes prefirieran no laborar, mientras que otros, luego de abrir, optaron por cerrar sus puertas.

Tres de las tiendas que venden electrodomésticos en la Candelaria no atendieron al público. La encargada de uno de los negocios, que prefirió no identificarse, explicó que todavía no los habían fiscalizado y que los precios no habían sido modificados aún.

“Me da miedo. La gente está muy intensa porque dicen que tenemos que bajar los precios porque el Gobierno nos da dólares Cadivi, pero nosotros no importamos, le compramos a proveedores nacionales. Yo abrí y tuve que cerrar. El personal tiene miedo”, aseguró.

En la tienda de Dorsay, ubicada en la avenida Urdaneta ocurrió algo similar. A las afueras del local que vende ropa y electrodomésticos se algolparon unas 50 personas que querían comprar a precios económicos. Los empleados cerraron la tienda y colocaron un aviso en las santamarías explicando que “Dorsay compra en bolívares y vende en bolívares, no recibe dólares de Cadivi”.

La explicación no tranquilizó el ánimo de los clientes. “Que vendan al precio justo”, gritaba una mujer, mientras otros quitaban los anuncios de las santamarías.

En el caso del negocio Pablo Electrónica las autoridades informaron que permanecerá cerrado hasta el jueves, pero los consumidores amanecieron frente al local. Ayer reiteraron que seguirán en cola para ser los primeros en comprar.

“Nosotros amanecimos aquí y vamos a aguantar la pela hasta que abran, porque los que estén de primeros aquí ese día son los que van a poder comprar barato”, dijo Adriana Cepeda, quien tiene dos días durmiendo frente a Pablo Electrónica.

Otro de los comercios que amaneció cerrado fue Nasri, ubicado en la avenida Nueva Granada, en Caracas. Afuera la tensión aumentó luego de que informaran que la tienda no abriría hasta el jueves, porque debían ajustar los precios.

Las casi 800 personas que estaban desde la mañana del domingo en la cola, se echaron a la calle para cerrar el tráfico como medida de presión para que la tienda abriera.

Efectivos de la Guardia Nacional y de la Policía Nacional negociaron con los consumidores y lograron que volvieran a la fila. “El pueblo arre… reclama su derecho”, “queremos comprar”, gritaban los manifestantes.

Pocos minutos después la situación se salió nuevamente de control y las personas golpearon la puerta intentando entrar. La seguridad fue reforzada y el presidente del Indepabis, Eduardo Samán, quien estaba encargado de la fiscalización en Nasri, salió a mediar para que cesara el desorden.

“Tienen que tener calma y paciencia. Se están revisando el inventario y los precios. Son más de 7 mil productos”, dijo.

Luego de que el funcionario se reuniera con los dueños de Nasri, acordaron rebajar 40% lineal sobre toda la mercancía, informa El Universal.

Nasri Mazloum, propietario de la tienda, señaló que con esa decisión perdería dinero y que la ganancia será cero. Antes de la medida la ganancia era de 20%. Aseguró que no reciben divisas para importar sino que compran en el país.

Manifestó que una vez se agote el inventario la tienda se quedará sin mercancía, pues los proveedores no tienen suficientes productos en inventarios. Explicó que no reciben los pedidos completos porque las importaciones de electrodomésticos están limitadas.

Decepción

En estampida entraron a Nasri los consumidores directo al nivel superior donde está la línea marrón. Muchos salieron decepcionados y con las manos vacías porque aún los precios les parecían elevados.

“Esto es una estafa porque el Presidente estipuló un 50% un 60% para toda la mercancía. Aquí un juego de muebles de Bs 27 mil bajó a 25 mil. Me voy con las manos vacías. Ya no hay televisor”, dijo Dagnelis Silva.

Yoalí Martínez declaró estar satisfecha porque logró comprar una lavadora, una licuadora y una plancha con Bs 23 mil. Llegó a las 6 de la mañana y tenía el número 65 en la cola.

En el Daka de Bello Monte también hubo molestia. “No hagan la cola que no queda casi nada”, gritó una señora al salir del local con una licuadora. A las 11 de la mañana al menos 400 personas seguían en cola.

Ayer fiscalizaron también comercios de alimentos, textiles, colchones y juguetes.

Fuente: Banca y Negocios

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