Cuando comienzan los problemas con tu pareja debes ponerte a pensar si realmente vale la pena desgastar sus energías resolviéndolos o si simplemente no tienen solución.
Hay pequeños roces que son muy válidos, pero existen otros que son de mayor gravedad, en los cuales la única opción es dar por terminada la relación, aquí te dejamos algunos de ellos para que no te compliques la vida intentando resolver algo imposible…
Golpes. EL maltrato físico, emocional y verbal es algo que por más que quieras darle vueltas al asunto para encontrar una resolución ¡no la tiene! No hay excusa que sea válida después de haber sido sometida a cualquier tipo de insulto, mucho menos a los golpes. Así que si has pasado por esta solución y tu pareja te pide que lo perdones, recuerda que esto se va a seguir repitiendo de manera constante.
Infidelidad. Existen muchas parejas que han caído en esta situación y se han perdonado; sin embargo, su relación no vuelve a ser la misma, pues su mente siempre está ocupada tratando de adivinar qué es lo que está haciendo el otro. Recuperar la confianza al 100% es algo imposible, así que la tranquilidad no volverá a ustedes.
Humillación. Si tu pareja te ha humillado ya sea cuando están solos o con personas alrededor ¡no importa! Ninguna de las 2 está permitida; nadie tiene derecho a hacerte sentir que vales menos porque sabes que eso no es verdad.
Obsesión. Una cosa es amar con todo el corazón a la pareja y otra absorberlo por completo hasta alejarla de sus amigos, familia, hobbies, ¡hasta del trabajo! Y efectivamente ha habido casos que lo demuestran. Ser parte de una relación implica compartir su vida, no arrebatársela y hacer con ella lo que más nos convenga.
Falta de respeto. Hoy en día este valor anda por los suelos, tanto que ya hay muchas relaciones que se permiten hablar con groserías y agresiones verbales, cosa que no está nada bien. Imagina que sus familiares los escuchen diciéndose «malas palabras», ¡que oso!
No permitas que estas situaciones alcancen tu relación.
Fuente: Veintitantos
