Este viernes 8 de diciembre, el Consejo de Seguridad de la ONU abordará a puerta cerrada la disputa territorial que mantienen Venezuela y Guyana por el Esequibo, una región rica en recursos naturales que ambos países reclaman como propia desde hace más de un siglo. Así lo anunció este jueves el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, quien ejerce la presidencia rotativa del órgano durante este mes, en una conferencia de prensa en Nueva York.
La reunión fue solicitada por el presidente de Guyana, Irfaan Ali, quien el miércoles denunció el plan de acción de Venezuela sobre el Esequibo como “una amenaza inminente” para la integridad territorial de su país y la paz mundial, y anunció “medidas cautelares” para defenderse.
Ecuador se opone a la anexión venezolana
Noboa, quien presidió una sesión del Consejo de Seguridad sobre la delincuencia transfronteriza, expresó su rechazo a los planes de Venezuela de anexionarse el Esequibo, y afirmó que su país respetará la soberanía de cada uno de los países suramericanos y se comunicará con ellos para establecer una protección real a sus fronteras.
“Vamos a respetar la soberanía de cada uno de los países (de Suramérica) y a comunicarnos con los países sudamericanos para establecer una protección real a nuestras fronteras“, de forma que “no exista ningún tipo de invasión o apropiación de algo que no es de otra nación”, dijo el mandatario ecuatoriano.
Lula pide la mediación de la Celac
Por su parte, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, manifestó en la cumbre semestral del Mercosur que sigue con “creciente preocupación” las tensiones entre Venezuela y Guyana por el Esequibo e hizo un llamado a la Celac para que intervenga entre los dos países.
“No queremos guerras, ni conflictos, necesitamos construir paz, porque solo con paz podemos desarrollar nuestros países”, señaló Lula.
El líder brasileño indicó que el Mercosur “no puede permanecer ajeno a esa situación” y que presentará a votación de los otros tres socios del bloque (Argentina, Paraguay y Uruguay) una resolución que será incluida en la declaración final de la cumbre.
Lula expresó que Suramérica no quiere que esa “controversia contamine la reanudación del proceso de integración” regional, impulsado desde Brasilia, o “constituya una amenaza a la paz y estabilidad” de sus países.
En ese sentido, recomendó que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) “sean plenamente utilizadas para encauzar de forma pacífica esa cuestión”.
“Sugiero que la Celac pueda tratar el tema con las dos partes. Brasil estará a disposición para acoger cualquier reunión que sea necesaria”, dijo el mandatario progresista.
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