La respiración es una actividad imprescindible para la vida, que consiste en absorber el aire por los pulmones, para tomar parte de las sustancias que lo componen, y echar ese aire modificado. Cada ser humano está programado automáticamente para esta acción, la cual garantiza el suministro continuo del oxígeno, elemento fundamental para la obtención de la energía que requiere el organismo.
Igualmente, la respiración interviene en el desarrollo de todos los procesos fisiológicos: asegura la actividad cerebral, así como el funcionamiento del sistema nervioso, las glándulas, los músculos y los órganos.
Por tanto, respirar es mucho más que llenar de aire los pulmones, esta actividad para muchas culturas orientales es uno de los métodos fundamentales de control de energía dentro de las artes curativas y la medicina tradicional. Además, vale la pena acotar que bajo circunstancias extremas las personas pueden sobrevivir sin comer o sin beber agua, pero no sin falta de oxígeno.
¿Sabe usted qué le impide respirar bien?
– Las situaciones de estrés o tensión provocan una respiración agitada y poco profunda, que impide que absorbamos el oxígeno que nuestro cuerpo necesita.
-Una mala postura, como inclinar el cuerpo demasiado hacia delante o mantenerlo recto pero muy rígido, reduce la capacidad pulmonar y hace que nos fatiguemos.
-Los desórdenes de salud (afecciones respiratorias, asma, alergias, sinusitis, congestión nasal, etcétera) repercuten, obviamente, en la forma en que respiramos.
-Determinados hábitos alimenticios, como comer de manera muy rápida o hacerlo de manera copiosa, pueden alterar nuestra respiración.
-La contaminación, la presencia de humo o los espacios mal ventilados son también un factor de riesgo, ya que en estos ambientes nuestro organismo inhala una menor cantidad de oxígeno como mecanismo de defensa.
Aprenda a respirar adecuadamente
Para lograr una respiración adecuada lo importante es que sepa si lo está haciendo correctamente. Lo primero que debe hacer es inspirar por la nariz, ya que purifica el aire y regula su temperatura. Asimismo, debe procurar depositar el aire en el abdomen para que el diafragma actúe de soporte antes de expulsarlo.
Una respiración completa u adecuada se desarrolla con los siguientes pasos:
– Inspiración: el aire entra lentamente en los pulmones hasta alcanzar su máximo.
– Retención: el aire se mantiene unos segundos para que las células se oxigenen.
– Espiración: se expele lentamente el aire inspirado, que lleva consigo el dióxido de carbono y el resto de partículas de desecho liberadas por las células y la sangre.
– Descanso: los músculos y el aparato respiratorio quedan relajados durante unos segundos, antes de volver a iniciar el siguiente ciclo respiratorio.
Por: Inés Larrea
Fuente: atusaludenlinea