No hay nada mejor que alegar enajenación mental transitoria cuando tus amigas te recuerdan a ese novio que tuviste que parecía sacado de una película de terror, ese que sólo de pensarlo sientes vergüenza, no de él, sino de ti misma por haber estado enamorada de un tipo así. Y lo peor es que tu consigues olvidarlo, pero ahí están tus amigas al pie del cañón cuando te ven que vas de cabeza hacia otro error para recordártelo. Y si no son tus amigos, es tu padre, que en medio de una comida familiar te pregunta ¿cómo se llamaba ese novio que tuviste…?
Errores sentimentales
Tampoco es cuestión de pasar un mal rato si te encuentras por la calle a ese ex novio que sí, era poeta y sensible, pero era tan poco agraciado, que ahora mismo cuesta hasta mirarle. Peor es lo de tu amiga, que estuvo un buen tiempo con ese motero con cazadora de cuero que tenía poca pasión por el aseo personal.
La clave está en tener una acitud más generosa y tolerante contigo misma. Recuerda que hasta el mejor maestro tiene un borrón y, como probablemente no seas la mejor maestra, tú te puedes permitir tener unos cuantos borrones en tu historial sentimental. Aquél tipo estirado que miraba por encima del hombro a tus amigas y que se daba aires de aristócrata, el mismo que utilizaba siempre la misma camisa, de marca eso sí, pero la misma, fue sólo un error del que habrás aprendido unas cuantas cosas.
Lo que no sabemos es si has sacado algo en claro de aquella relación que tuviste con ese tipo que te atravesaba con la mirada, pero sólo con la mirada, porque su querencia al alcohol no le permitia dedicarte en la cama toda la atención que te prometía. O de aquél individuo sin oficio ni beneficio que era tan inútil como un lápiz blanco. Hay que aprender a perdonarse a una misma, eso es lo primero.
Superar el pasado
Nos hemos preguntado cómo podemos evitar el bochorno cuando nos recuerdan esos errores sentimentales y hemos encontrado la fórmula mágica: flexibilidad moral, capacidad de perdón y mucho sentido del humor. Si tus amigas te recuerdan al tipo calvo y con sobrepeso que escondía sus complejos en una actitud prepotente hacia los demás, es para que no vuelvas a caer en otro error de ese tipo.
Pero no dudes en recordarle a tu amiga a ese novio que tuvo con aires de Don Juan, que creía que volvía locas a todas las chicas, cuando en realidad todas pasaban de él. Imagínate una tarde de risas con tus amigas haciendo recuento de vuestros desastres amorosos del pasado.
Porque un pasado que no se conoce está condenado a repetirse, lo mejor es hablar con naturalidad de aquellos resbalones sentimentales. No viene mal hacer un estudio antropológico de tu vida sentimental para que saques tus conclusiones y consigas encaminarla hacia el que va a ser de verdad el hombre de tu vida. // IPP
Fuente: df