La cebolla caramelizada es una guarnición que combina muy bien con una gran variedad de platos, una forma de darle un toque original e interesante a cualquier tipo de comida y un relleno perfecto para empanadillas, pimientos de piquillo, etc. Además, su preparación es muy sencilla.
Ingredientes
Cebollas
Aceite de oliva
Vinagre
Azúcar blanco
Ingredientes muy comunes que todo el mundo tiene en casa. Esa es otra de las virtudes de la cebolla caramelizada: resulta muy económica.
Para una guarnición para cuatro personas bastará con un par de cebollas grandes (unos 300 gramos), cuatro cucharadas soperas de aceite, una de vinagre y medio vaso de azúcar, unos 100 gramos.
Elaboración
Se corta la cebolla en juliana, muy fina.
Se vierte el aceite en una sartén o una cazuela grande. Cuando esté caliente se le echa la cebolla y se añade la sal. Cocinamos todo a fuego lento.
Cuando la cebolla empiece a volverse blanda y transparente es el momento de añadir el vinagre y el azúcar, el ingrediente conservante imprescindible por si queremos guardar la cebolla en la nevera y reservarla para otro día.
Subimos el fuego y removemos con un cucharón lentamente durante unos 20 minutos, hasta que la cebolla adquiera un color dorado y se caramelice completamente. Después la retiramos del fuego y la escurrimos para que quede menos aceitosa.
Como ves, más sencillo imposible, aunque debemos ser muy cuidadosos a la hora de preparar la cebolla caramelizada: hay que tener paciencia y cocinarla lentamente, evitando que se nos queme y su sabor se vuelva amargo.
Algunos cocineros prefieren usar azúcar moreno para darle un toque diferente. También hay quien echa un chorrito de vino dulce (oporto o jerez) durante el proceso de caramelización, lo cual le agrega un plus de sabor extra. Pequeños trucos para cocinar la cebolla al gusto de cada cual.
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