Especialistas advierten que cometer excesos con la comida en la cena navideña puede ocasionar que termine el año hasta con 3 kilos de más. Y es que en una cena navideña se puede llegar a consumir 3.000 calorías, el doble del consumo promedio de una persona adulta.
Por ello se aconseja que, los días previos a la Nochebuena, las comidas sean preparadas al horno, sancochadas, al vapor o a la plancha. Tomar 2 litros de agua al día, comer frutas y verduras. Mismo caso con las comidas antes del 31 de diciembre.
Ya el 24 de diciembre, de ser posible, se recomienda cenar temprano. 8:00 pm como hora referencial, y brindar a la medianoche.
Tras la cena navideña, se debe esperar unos 20 minutos para tomar alguna infusión (manzanilla, licor digestivo, etc.). Es necesario dejar pasar por lo menos una hora y media para ir a descansar.
Muchas personas acostumbran a desayunar lo que sobró de la cena, sin dar tiempo al organismo a que se recupere, lo que suele ser un grave error.
Hay que tener en cuenta que el metabolismo de las grasas dura cuatro días; si no le damos descanso, se acumulará en nuestra sangre. Asimismo, trata de ingerir un vaso de agua antes de dar rienda suelta a su apetito navideño.
El platillo ideal para estas fiestas debe contener 150 gramos de pavo o un poco menos de pernil, acompañado de unos 300 gramos de ensalada. Esta debería ocupar, en proporción, la mitad del plato. La hallaca es la que más calorías aporta a esta combinación, por lo tanto es importante que sus acompañantes no sean en abundancia.
De más está decir que cualquier pellejo del pernil, pavo o gallina, es mejor dejarlo en la basura debido a lo poco nutritivo que es.
No olvides que el alcohol también contiene muchas calorías. Por ejemplo, un vaso de cerveza contiene 100 calorías, una copa de vino entre 70 y 90, y un vaso de whisky nada más y nada menos que 294. Por eso a la hora del brindis no hay nada mejor que una copa de champán, con solo 69 calorías.
Fuente: Erikatipoweb