Aunque las emociones están condicionadas por factores internos y externos, la intensidad con las que estas se experimentan pueden verse reguladas, en alguna medida, por el cerebro. Es decir, por las hormonas.

 
En un reportaje elaborado por el diario El País de España sobre el tema, la endocrinóloga María Luisa de Mingo explica que las hormonas dopamina y serotonina son los principales neurotransmisores implicados en el estado de ánimo, así como en los cambios bruscos que pueden llegar a darse.

Es por eso que cuando nos sentimos deprimidas sin razón alguna podría ser porque la dopamina y la serotonina están por los suelos, mientras que cuando despertamos eufóricas podría deberse a que ambas hormonas se han disparado.

La genética también podría influir en el estado de ánimo. Según un estudio efectuado por la Universidad de Teherán, en Irán, ciertos cromosomas también regulan el comportamiento de las hormonas, elevando o reduciendo el nivel de dopamina y serotonina.

Esto explica, en parte, una de las tantas diferencias que existe entre hombres y mujeres, ya que nosotras tenemos que lidiar también con los niveles de estrógeno ¡y ni pensar cuando tenemos los antojos de embarazadas!

Fuente: Eme de Mujer