Un mecánico fue ultimado por unos clientes en la puerta de su taller, en Sarría, molestos porque no les había reparado una moto debido a la escasez de repuestos.

La víctima, identificada como Miguel Saravia, de 35 años de edad, se encontraba a las 5:30 pm del martes en su taller del que era socio con sus dos hermanos, ubicado en la planta baja de su residencia, en la calle Mérida.

Al local llegaron dos hombres en una moto. Uno de ellos se bajó, y molesto le reclamó al mecánico la entrega de una motocicleta que le había encomendado para que la reparara.

Su esposa, Larizza García, informó que diez minutos antes de que lo mataran había conversado con él por teléfono. Saravia le comentó que los clientes lo estaban amenazando pero que él no había podido cumplir con el trabajo debido a que el repuesto que necesitaba no se conseguía. La mujer le recomendó que les explicara lo que ocurría y les devolviera la moto.

Sin embargo, el cliente no entendió razones y le efectuó cinco disparos que le ocasionaron la muerte.

“No puedo creer que la vida valga tan poco: un carro, una moto, una bolsa de comida, cuando se sabe que en el país no se consigue nada”, manifestó la esposa de la víctima, quien era padre de dos hijos.

Funcionarios del Eje Central de la policía científica iniciaron las investigaciones. Jesús Ribas Valdivieso, de 19 años, fue asesinado de varios disparos a las 7:30 pm, cuando sujetos desconocidos lo interceptaron en la calle El Árbol del sector Cañaveral, en el barrio Isaías Medina de Catia.

El muchacho fue llevado de emergencia por vecinos de la zona hasta el hospital José Gregorio Hernández de la parroquia Sucre, donde ingresó sin signos vitales. El infortunado vivía en ese barrio con su abuela.

Fuente: ÚN