Claudio Nazoa: Estamos y no estamos

Comparte esta noticia:

Claudio Nazoa: Estamos y no estamos

 

John Lennon dijo: “La vida son todas aquellas cosas que nos están pasando mientras nosotros estamos haciendo otros planes”. Esta es una de mis más importantes máximas. Difícil escribir este artículo de hoy porque se tocan temas muy sensibles que, fácilmente, rayan en lo esotérico.

No tengo el talento de mi amigo Carlos Fraga, quien seguro lo explicaría mejor. Sin embargo, me considero una especie de Carlos Fraga, pero inculto y, además, atrevido, por osar escribir tan peludo tema. Allí vamos.

Nuestra vida, cuando aún ni soñábamos en tenerla, siempre estuvo latente dentro de un hombre y de una mujer quienes, en algún momento, no se conocían. Nosotros, en teoría, estábamos allí, sin ninguna esperanza de que esos dos seres se conocieran para que, con suerte, comenzara nuestra historia.

Nuestro futuro padre o nuestra futura madre, un día, por poner un ejemplo, fueron invitados a una fiesta. Alguien los presentó y de allí en adelante comenzó la posibilidad real de nuestra existencia. Pero … ¿qué hubiese pasado si, por ejemplo, a nuestro padre se le presenta un inconveniente y no puede ir a esa fiesta tan importante? Ya sabemos la respuesta. No estaría yo escribiendo esto ni ustedes leyéndolo.

Digamos que todo salió bien. Nuestros padres, los suyos por su lado y los míos por el mío, se conocen y se enamoran. Ha aumentado la posibilidad de nacer en este mundo. Digamos ahora que nuestro padre y nuestra madre están tan enamorados que deciden hacer el amor. La cosa sube a nuestro favor si no fuese por el hecho de que nuestro padre tiene dentro de su cuerpo 300 millones de posibilidades de que nazca un hermanito nuestro y no nosotros.

Fíjense qué suerte hemos tenido. Fuimos el espermatozoide ganador que llegó al óvulo entre millones de competidores.

Ya ha pasado lo increíble. Nuestros padres, al igual que hizo Dios, de la nada, nos crearon y nacimos.

Desde que llegamos a este mundo tenemos nuestros días contados. Nadie lo sabe, pero va a suceder que, así como nacimos, viniendo de la nada, de nuevo a la nada regresaremos.

Les recomiendo que disfruten cada momento de esta maravillosa casualidad de estar vivos. Y no olviden que la muerte no depende de la edad, las personas a veces mueren al nacer, a los quince años, a los veintiuno, a los treinta y siete o, como mi madre, a los ciento tres años.

Cada día me convenzo más de que la vida es ahora. Sí, mientras ustedes leen esto. Recuerden, por ejemplo, cómo un loco acabó con la vida de John Lennon quien, el día que fue asesinado, tenía otros planes.

Rubby Pérez, ni en su pensamiento más lejano, imaginó que en la discoteca Jet Set, en Santo Domingo, en República Dominicana, sobre una tarima llena de cálidos aplausos de un público que lo amaba y que era feliz, interpretaría su última canción luego del transcurrir de un fatídico instante. Mi padre, Aquiles Nazoa, tenía en mente muchos libros por escribir, pero murió a los 56 años en un accidente de tránsito. Todos conocemos muertes inesperadas e injustas cerca de nosotros.

Lejos de mí preocuparlos o angustiarlos con estás cosas tan complicadas, al contrario, solo quería felicitarlos por la suerte que han tenido al nacer. Ustedes, literalmente, son hijos de Dios. Son el producto de una cadena de casualidades increíbles.

Ya que leyeron hasta aquí, dejen lo que están haciendo. Vayan ahora al bar y sírvanse un trago. Piensen qué habría pasado con ustedes si sus padres no se hubiesen conocido en aquella fiesta. ¡Nada! No habría pasado nada, y se habrían perdido lo bueno y lo malo de la vida.

Cuídense y vayan a una fiesta, a lo mejor un ser que aún no existe, está esperando que ustedes conozcan a alguien para que suceda la magia.

 Claudio Nazoa

Ilustración: Jeanette Ortega Carvajal

 

Las opiniones emitidas por los articulistas  son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de Confirmado.com.ve