El terrorista venezolano Ilich Ramírez Sánchez, «Carlos», reveló hoy que tiene escritas desde 1992 unas memorias, que no deberían publicarse antes de su muerte, con revelaciones sobre su vida y su actividad.
Esas memorias, que finalizó en Jordania, se las envió entonces a dos personas con la precisión de que no debían hacerse públicas antes de que pasaran 20 años y que «en cualquier caso debían publicarse después de (su) muerte», explicó «Carlos» ante el Tribunal de lo Criminal de París que lo juzga en apelación por cuatro atentados mortales en Francia en 1982 y 1983.
Por ese texto, del que no avanzó nada de su contenido, dijo haber pedido cuatro millones de dólares, durante una audiencia dedicada al examen de su personalidad y en la que el tribunal chocó de forma repetida con la negativa del acusado a dar nombres de personas que formaban parte de la Organización de Revolucionarios Internacionalistas (ORI), que él fundó en 1976.
Ante la insistencia del presidente de la corte, Regis de Jorna, sobre quiénes eran los otros fundadores de la ORI, creada tras abandonar el Frente Popular de Liberación de Palestina, Ramírez Sánchez replicó entre la indignación y la ironía.
«Me quiere convertir en chivato. ¿Cuánto me paga por hacer de chivato? ¿Acaso tengo cara de chivato?», señaló después de haber contado su repulsa por los «traidores» y los «chivatos» y de justificar el trato que en su organización se les daba: «Los ejecutamos».
«Carlos» repasó algunos de sus hechos de armas más conocidos, y confirmó que en la toma de rehenes mortal de la reunión de ministros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Viena el 21 de diciembre de 1975 él era «el comandante de la operación».
Indicó que se trató de «una operación de defensa de los intereses de los países productores», que acabó beneficiándoles y en particular al suyo, Venezuela, y que aunque uno de los objetivos era «ejecutar» a los ministros iraní y saudí, esto no se pudo hacer por un problema de coordinación.
Contó que cuando el comando aterrizó con los rehenes en Argel, el entonces ministro argelino de Exteriores y actual presidente del país, Abdelaziz Buteflika, le explicó que no era posible ejecutarlos.
El terrorista venezolano, que durante la instrucción de esta causa se había presentado ante el juez como un «responsable político-militar de una organización de la resistencia palestina», señaló hoy que para finalizar esa acción en Argel les propusieron 50 millones de dólares, pero que él no recibió «ni un céntimo».
«Carlos», que indicó que intentó «matar tres veces» al anterior rey de Jordania, Husein, con el que llegó a reconciliarse más tarde a comienzos de los años noventa, reiteró su negativa a admitir su primera condena en Francia a cadena perpetua en 1997, por el asesinato el 27 de junio de 1975 de dos agentes secretos franceses y de un informador en París.
En su proceso actual, lo que se juzga es su implicación como supuesto responsable del grupo que cometió cuatro atentados que causaron once muertos y más de 150 heridos en 1982 y 1983. Por esos hechos se dictó contra él en diciembre de 2011 la segunda condena a cadena perpetua.
Ramírez Sánchez tuvo esta tarde un enfrentamiento verbal con De Jorna por las condiciones que éste le puso para poder entrevistarse al término de la vista de hoy con el diplomático venezolano Valentín Angarita, en representación del consulado.
El acusado se había quejado en las últimas semanas de la falta de apoyo de las autoridades venezolanas, a las que pedía en particular -sin éxito- que pagaran los honorarios de su defensa a sus dos abogados habituales, a los que ayer prohibió que le asistieran y que fueron sustituidos por letrados de oficio. // IPP
Fuente: Agencias