Con unos precios que oscilan entre los 5.000 y los 100.000 dólares, el tratamiento en la salud privada de las pacientes de cáncer de mama representa una barrera para la mayoría de las paraguayas, que exigen además una mayor financiación pública coincidiendo con la celebración del mes del «octubre rosa».
Esta enfermedad se ha consolidado como la principal causa de muerte por cáncer entre mujeres en el país suramericano, con un balance de 1.616 pacientes diagnosticadas en el año 2018, de las cuales 538 fallecieron.
Organizaciones como la Asociación de Mujeres de Apoyo contra el Cáncer de Mama (Amacma) advierten de las deficiencias del sistema de sanidad pública de Paraguay, que precisa de maquinaria especializada y de más medicamentos para hacer frente a esa enfermedad.
Esta realidad obliga a las mujeres a buscar una alternativa en la medicina privada cuando son diagnosticadas o a contratar pólizas de seguros internacionales que pueden ascender hasta los 1.400 dólares anuales como método preventivo.
«Una persona en este país es imposible que se pueda pagar el cáncer de mama», lamentó Lilia Romero, miembro de la directiva de Amacma, en declaraciones a Efe.
A sus 84 años de edad, Romero se ha convertido en una de las voces en defensa de las pacientes de cáncer de mama del país sudamericano, tras haber superado hace 13 años la enfermedad y dedicarse ahora a dar charlas y concienciar sobre sus riesgos.
Romero denunció que la sanidad pública de Paraguay solo cuenta con una máquina de radioterapia para el tratamiento de las pacientes de cáncer de mama y que la atención en muchas ocasiones no llega a las zonas rurales, aisladas de los centros médicos de las capitales departamentales.
«La sanidad pública es magnífica pero no tiene dinero para curar a los enfermos», dijo la directiva de Amacma, en relación a la calidad de los profesionales del sector.
Esta falta de financiación en la medicina pública obliga a las pacientes a buscar nuevas alternativas como organizar «polladas», comidas populares para recaudar dinero entre su círculo de familiares, amigos o compañeros de trabajo.
Sin embargo, quienes cuentan con mayores recursos económicos también recurren a trasladarse a otros países de la región, como Brasil y Argentina, para recibir tratamiento en sus hospitales.
Ahí están los ejemplos del expresidente de Paraguay Fernando Lugo (2018-2012) o el presidente de la Cámara de Diputados, Pedro Alliana, que viajaron a Brasil para curarse otros tipos de cáncer.
Dotaciones económicas
Ante esta situación, desde Amacma reivindican una mayor dotación económica para combatir la enfermedad en Paraguay, especialmente para la adquisición de los medicamentos más caros que se aplican en fases avanzadas del cáncer como la metástasis.
A pesar de que en julio de este año el Gobierno promulgó la Ley de atención integral a las personas con cáncer que permitió desbloquear más fondos, la asociación de pacientes lo sigue considerando un paso insuficiente.
Además, opinan que un aumento presupuestario también permitiría incrementar las tareas de prevención de la enfermedad con más campañas para que las mujeres se sometan de forma rutinaria a mamografías para detectar el cáncer de manera precoz.
Precisamente, con motivo del «octubre rosa», la celebración mundial para visibilizar esta enfermedad, desde Amacma han organizado charlas diarias con decenas de mujeres para concienciarles en la importancia de acudir pronto a los especialistas médicos.
Además, también buscan recaudar fondos para poder adquirir mamógrafos portátiles, que faciliten las revisiones de las mujeres que viven en comunidades rurales e indígenas del interior del país.
«Hacemos lo que podemos pero no tenemos que reemplazar al Estado», sentenció Romero.
EFE
