El primer ministro británico, David Cameron, dijo hoy que los esfuerzos por expulsar al presidente de Siria, Bachar al Asad, están en un «punto muerto» y consideró que su país tiene el deber de apoyar a los sirios que luchan por la democracia pese a la presencia de extremistas entre los rebeldes.
En declaraciones al canal público BBC, Cameron admitió que el conflicto sirio ha tomado «una trayectoria deprimente» y reconoció que la posición de Asad es ahora «más fuerte» que en los últimos meses.
El líder ‘tory’ subrayó que el Reino Unido no ha adoptado ninguna decisión sobre armar a la oposición.
Washington y Londres estudian maneras de incrementar el apoyo logístico a los rebeldes y, en esta línea, el Reino Unido anunció la semana pasada el envío a los rebeldes sirios de 5.000 máscaras antigás para que puedan protegerse de las armas químicas.
Las máscaras ofrecen una protección contra el gas sarín durante veinte minutos, tiempo que les permitirá a los rebeldes abandonar el área atacada para buscar refugio.
Asimismo, el Reino Unido anunció que facilitará unos fármacos que actúan como tratamiento preventivo ante un ataque con gas y que permitirá a las víctimas el tiempo necesario para llegar hasta un hospital para recibir atropina, necesaria contra el gas sarín.
Todo el equipo está valorado en 656.800 libras (775.024 euros).
Sin embargo, el apoyo a la medida de proporcionar armamento a los rebeldes decrece a causa de la fuerte oposición política y ante el temor de que las armas caigan en manos equivocadas, ante el aumento de elementos vinculados a la organización terrorista Al Qaeda dentro de grupos opositores a Asad.
Cameron indicó que pese a que «hay mucho extremismo entre los rebeldes» y a pesar de las preocupaciones del Reino Unido por las «acciones y puntos de vista» de algunos grupos de la oposición, el Reino Unido tiene el deber de «apoyar a los que buscan un país democrático, libre y plural».
«Lo que debemos hacer es trabajar con los socios internacionales para ayudar a los millones de sirios que quieren tener una Siria democrática», dijo.
Según la ONU, la crisis de refugiados que se vive en Siria es la peor en 20 años, con una media de 6.000 personas que huyen del país cada día en lo que va de año.
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