El abogado constitucionalista Gerardo Blyde piensa que en estos momentos más que proponer salidas a la crisis que tiene Venezuela, hay que buscar una llegada porque, mientras el país esté dividido en dos toletes, no echaremos “pa’lante” .
“No daremos ni sueños ni futuro a los jóvenes ni de un lado ni de otro y seguiremos sumidos en la desesperanza porque la economía no va a arrancar y nada va a funcionar”, esta es la conclusión del alcalde del municipio Baruta, de la Zona Metropolitana de Caracas, con el cual sostuvimos una conversación durante una visita de cortesía que hizo a El Carabobeño. Le acompañaron los dirigentes Liliana Hernández, Régulo Lugo, Alberto Alvarez López y la periodista Rossemily Sapienza,
Blyde vino a Valencia como miembro de la Asociación de Alcaldes por Venezuela, que agrupa a 76 alcaldes democráticos, para respaldar la candidatura de Rosa de Scarano, en San Diego, durante “una numerosa concentración” en La Esmeralda.
Acompañamos la candidatura de esta mujer valiente a quien, el pueblo de San Diego, le ha expresado con contundencia que no está dispuesto a que se le irrespete la soberanía. Sostuvimos una concentración muy nutrida para manifestarle nuestro apoyo y también el rechazo a la sentencia inconstitucional de la Sala Constitucional que mantiene preso a su esposo, el alcalde Enzo Scarano, quien no debió ser destituido ni puesto preso de la manera como se hizo.
– ¿No es extraño que el gobierno se haya empeñado en destituir al alcalde de San Diego y que en esta campaña electoral no esté haciendo esfuerzos para que gane su candidato? ¿Será una estrategia?
– El gobierno y los electores del madurismo están claros en que, en San Diego, no ganarán un proceso electoral porque, hasta sus propios militantes no deben estar muy motivados a salir a votar por el abuso y el atropello que se cometió en contra de Enzo Scarano. El venezolano de cualquier tendencia política rechaza el abuso.
Creo que la destitución de Scarano fue una señal que envió el gobierno a los 335 alcaldes del país, incluyendo a los de ellos, para tratar de amedrentarnos o para que nos inhibiéramos de declarar o decir lo que decimos. Nos dijeron: cualquiera, que se resbale o disienta de la línea política, puede ser encarcelado o destituido sin procedimientos legales.
– Cuando se comenta que estamos en una transición, ¿por qué se acentuaron las diferencias en la oposición?
– Más divisiones hay en el gobierno que en los sectores de oposición, pero las diferencias de nosotros trascienden más porque no tenemos un verdugo que nos silencie. De los enfrentamientos en el chavismo se habla poco, porque hay miedo a hablar. Es una situación compleja por la inmensa descomposición económica y social en que Maduro nos ha metido al extremo de que está siendo criticado por sus antiguos aliados Lula y Rafael Correa.
Esto ha sumido al país en una desesperanza. Cuando el 80 por ciento de un pueblo siente que no hay futuro, porque se piensa que lo que viene será peor, el presidente Nicolás Maduro ha debido entender la gravedad de lo que se le viene encima y, en vez de estar congraciándose con sectores radicales del PSUV y de sus fuerzas pseudorrevolucionarias, ha debido tener la valentía de proponerse unir al país.
Eso no lo entendió, por lo cual en el intento de diálogo con la Mesa de la Unidad, lo que hizo fue mantener presos a Simonovis, a dos alcaldes y a Leopoldo López. Destituyó de manera inconstitucional a María Corina Machado y le abrió juicios a más de dos mil jóvenes por protestar.
Los civiles que están en el gobierno, en la Universidad Central cerraban las autopistas, quemaban autobuses y las fuerzas de orden público los reprimían. Pero no les abrían juicios, ni los presentaban a los tribunales, con una espada de Damocles, y con un expediente penal para marcarlos para el resto de sus vidas, porque se entendía que la juventud es fuerza, energía, protesta, inconformismo y rebeldía.
A los que tenemos más edad nos corresponde entenderlos, encauzarlos para que esa explosión de rebeldía encuentre caminos. Ahora, los reprimidos de antes son los represores de hoy, porque llegaron al poder y pretenden eternizarse con formas que solo Pérez Jiménez utilizó.
El gran problema de Maduro es que no tiene peso propio para mantenerse en el poder. Esa es su tragedia. Por eso tiene que hacer concesiones a las fuerzas militares. Una gente de izquierda jamás habría hecho concesiones a los militares para criminalizar las protestas a través de sentencias judicial, para criminalizar la protesta, allanar hogares y hacer detenciones sin órdenes legales.
– ¿Cuál es la salida a todo esto?
– No sé cual es la salida, yo quiero ver una llegada para que podamos tener un país unido, con un sueño común, grande. Mandela, cuando salió de prisión, no llegó con un facturero de cuentas por cobrar a los líderes del apartheid. Por el contrario, lideró a su gente para que no cobraran esas facturas, siendo él la expresión viviente de la injustica y de la cruedad, por haber estado opuesto a un régimen racista. Tenía el derecho a decir: vamos a aplastar a la minoría blanca. No lo hizo y unificó a Sudáfrica a través de un sueño de país.
– ¿Y como llegar a la llegada?
– Todavía no lo sé, es difícil pero más que salida inmediata, sueño con una llegada a ese puerto.
Fuente: El Carabobeño
Alfredo Fermin
