El politólogo y director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello expuso los pros y contras que tiene la oposición para decidir si participará o no en las elecciones convocadas para el CNE este año 2025. Según Jorge Rodríguez, presidente de la AN, serán hasta 10 procesos electorales.
En un artículo para Politika UCAB, el analista político describió el entorno político en el que se maneja la oposición liderada por Edmundo González y María Corina Machado, luego de que el CNE no publicó los resultados desagregados, como indica la ley y Nicolás Maduro se juramentó el 10 de enero.
Destacó que la decisión de participar o no en los procesos electorales convocados para 2025 en Venezuela, «bajo un régimen que se ha vuelto profundamente autoritario, es compleja y llena de incertidumbres. Si bien existen argumentos a favor de la participación, como la visibilidad internacional de la oposición y la posibilidad de ganar representación política, los riesgos asociados, particularmente la legitimación del fraude y el fortalecimiento del régimen, parecieran pesar mucho más en el actual escenario».
Benigno Alarcón explicó que una transición democrática por la vía electoral es posible cuando se reúnen tres condiciones: el balance de poder se inclina a favor de los demócratas; los costos para el gobierno de intentar mantener el poder por la fuerza (costos de represión) son mayores a los costos de tolerar un cambio político (costos de tolerancia); y cuando las condiciones electorales permiten la participación de los partidos bajo condiciones de competitividad.
«En nuestro caso solo la primera condición, el balance de poder, al menos en lo referente a la legitimidad política, juega a favor de lo electoral como medio para una transición democrática, todo lo demás juega en contra de lo electoral como estrategia de cambio político. A todo evento, resulta esencial que todo aquel que pretenda participar en una elección debe tener claro que ocupar un cargo de elección no dependerá del resultado electoral si no de una decisión del gobierno».
En este sentido, acotó que a ningún líder político que represente algún peligro para el gobierno se le permitirá competir, y si se le permite, nunca llegará a ocupar el cargo, aunque tenga los votos, al menos que el gobierno tenga alguna certeza de poder controlarlo.
«El juego electoral para el gobierno ha cambiado y no está dispuesto a correr riesgos con nadie después de haberse equivocado y haber permitido una primaria en la que María Corina Machado legitimó su liderazgo nacional y derrotó al gobierno en la elección presidencial. Pero al final del día serán los electores los que decidirán participar o no en el proceso. Quienes tengan la capacidad para comprender e interpretar mejor la voluntad popular serán premiados con la confianza para liderar las batallas futuras, mientras que quienes decidan nadar contra la corriente serán molidos por el trapiche de la historia».