Con casi un metro de diámetro y un revestimiento de púas, unas boyas esféricas son la última herramienta de la que echa mano el gobierno de Texas para evitar el cruce de personas en el Río Bravo, el que separa a México de Estados Unidos e impide el paso de inmigrantes ilegales.
Las autoridades de Texas han instalado un “muro flotante” en el tramo del río Bravo que divide a las ciudades de Eagle Pass, en el lado estadounidense, y de Piedras Negras, en el territorio mexicano.
Todo lo anterior, para evitar el paso ilegal de inmigrantes desde México hacia Estados Unidos.
Desde la semana pasada, el Gobierno dirigido por el republicano Greg Abbott comenzó a trasladar boyas naranjas de grandes dimensiones a la frontera.
Según lo rescató la BBC, las boyas tienen casi un metro de diámetro y están revestidas con púas para evitar que cualquier persona se acerque a ellas.
Esta barrera es parte de la operación migratoria planteada por Abbott, que incluye una mayor supervisión de la frontera y el traslado de recién arribados a otros Estados.
“Estamos asegurando la frontera desde la frontera. Lo que estas boyas nos permitirán es impedir que la gente llegue siquiera a la frontera”, anunció Abbott en un comunicado.
Esta nueva barrera acuática se suma al alambre de púas que ya cubre la orilla del río en el territorio texano.
Autoridades texanas esperan además concluir con la instalación de esta valla en las próximas dos semanas. Según lo dijo El País, esta se extenderá sobre 305 metros de la zona central del río.
Cabe destacar que varios colectivos en defensa de los DDHH han protestado contra la instalación de esta barrera acuática en el Río Bravo de Texas.
Lo anterior, argumentando que podría causar más muertes por ahogamiento de las que ya hay.
RFI