Como si no bastase con enfrentar la basura arrojada a los océanos y a los pescadores que de forma incidental las atrapan en sus redes, ahora las tortugas marinas tienen que lidiar en Brasil con las manchas de petróleo que han llegado a las playas del litoral nordeste del país.
Las manchas de petróleo, vistas en 166 playas de 72 municipios de los nueves estados de la región nordeste, han provocado desde septiembre la muerte de tortugas marinas, aves, delfines y crustáceos y amenazan ballenas, peces y al manatí marino, el mamífero con más peligro de extinción en el país suramericano.
El estatal Instituto Brasileño del Medio Ambiente y los Recursos Naturales Renovables (Ibama, regulador) había contabilizado hasta el domingo un ave y doce tortugas marinas muertas y catorce quelonios rescatados con vida de los chapapotes de crudo.
Las autoridades aseguran que el crudo no es de origen brasileño y el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, llegó a insinuar de que, por las características, se trata de petróleo venezolano, pero el Gobierno no ha confirmado la hipótesis y continúa con las investigaciones.
EFE