Arturo McField: Juicio contra Bolsonaro aviva el respaldo masivo de sus seguidores

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Arturo McField: Juicio contra Bolsonaro aviva el respaldo masivo de sus seguidores

 

El expresidente Jair Bolsonaro es acusado por orquestar un supuesto golpe de estado y estar detrás de un complot contra la vida del presidente Lula. Pese a la supuesta certidumbre y celeridad del caso, millones de brasileños ven a Bolsonaro como víctima de una persecución política.

Contrario al gobierno de Lula, el expresidente Jair Bolsonaro impulsó el crecimiento económico y la prosperidad de Brasil de forma significativa. Las exportaciones agrícolas aumentaron, se redujo la pobreza extrema, la inflación estuvo controlada y se eliminó la burocracia para abrir nuevos negocios.

Aunque Bolsonaro no es el primer expresidente brasileño llevado a los tribunales, su acusación penal es un hecho histórico sin precedentes. Los expresidentes Collor de Melo, Lula y Rousseff jamás enfrentaron un proceso de esta magnitud y de esta celeridad.

Una acusación grave, infundada y personal. Jair Bolsonaro asegura que no existen pruebas en su contra y que todo el proceso y acusaciones no buscan la justicia sino su ajusticiamiento político. Desprestigiarlo, desmoralizarlo, dividir a sus seguidores y sacarlo de la contienda electoral.

Una posible condena desproporcionada. Bolsonaro y otros 7 exfuncionarios implicados en el supuesto golpe, podrían alcanzar penas máximas hasta de 40 años sin derecho a apelación. Una condena letal y longeva. Nunca antes vista en la historia reciente de Brasil.

Lula celebra persecución contra Bolsonaro e intenta incidir en proceso vocal y abiertamente. “Así que solo espero que se haga justicia. Los brasileños también necesitan saber que la Corte Suprema está cumpliendo su papel”, dijo Lula interfiriendo en decisiones de otro poder del estado.

Cristiano, conservador y enemigo del comunismo. El expresidente Bolsonaro ha sido un defensor de la fe cristiana “Dios por encima de todo, Brasil por encima de todo”. Su voz ha sido clave para condenar a las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Su defensa a la libertad ha sido admirada y atacada.

Bolsonaro dejó la presidencia de forma pacífica, republicana y respetuosa. Jamás intento quedarse en el poder por la fuerza de las armas o el masivo respaldo popular con el que siempre ha contado. Lula asumió el poder en paz y las protestas fueron casi una semana después.

El expresidente Bolsonaro enfrentará la justicia brasileña. Esta convencido que la batalla por la libertad suele tener reveses, retrasos y recompensas. Un ejemplo claro fueron las pasadas elecciones en Estados Unidos. Las ideas no pueden ser encarceladas.

Bolsonaro no esta solo. Muchos países en América Latina, Europa y Estados Unidos estarían alzando su voz e imponiendo sanciones ante las injusticias contra un gran líder conservador y combativo. Que defiende las ideas de libertad y que no teme ir a la cárcel por ellas.

Corra o no en los próximos comicios, el capital político de Bolsonaro es enorme y expansivo. Cualquier candidato que reciba su respaldo tendrá una gran ventaja o una aplastante victoria. El legado de Bolsonaro por la libertad, Dios, familia y democracia jamás podrá ser encarcelado.

Arturo McFields, exembajador de Nicaragua ante la OEA y miembro del Cuerpo de Paz de Noruega.

 

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