Argentina volvió el martes a los mercados internacionales con la emisión de bonos por 16.500 millones de dólares, que en gran parte estarán destinados a cancelar una deuda con acreedores.
El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, dijo en conferencia de prensa que el país había recibido ofertas por unos 69.000 millones de dólares, el mayor monto para este tipo de operaciones en su historia. “Es pasar de la oscuridad a conectarnos nuevamente con el mundo”, agregó.
Los nuevos bonos se usarán en parte para compensar con unos 12.500 millones de dólares a los llamados “fondos buitres” y otros acreedores que litigaron contra el país en una corte de Nueva York por la cesación de pagos de 2001. El resto se aplicará en obras de infraestructura.
Los títulos tienen vencimiento que va de los tres a los 30 años, con una tasa promedio de 7,2%.
“Es la colocación de bonos más grande para Argentina”, dijo el ministro y explicó que las dos terceras partes de los compradores son inversores de Estados Unidos, un tercio de Europa y el resto de Oriente y América Latina.
Argentina declaró el default de una deuda por unos 100.000 millones de dólares en 2001. Los acreedores que rehusaron aceptar dos reestructuraciones en 2005 y 2010, son los bonistas que ganaron el juicio contra el país sudamericano ante la justicia estadounidense.
La expresidenta Cristina Fernández (2007-2015) se negó a cumplir el fallo adverso que fue convalidado por la Corte Suprema de Estados Unidos.
Su sucesor, el conservador Mauricio Macri, hizo de la normalización de la deuda uno de los ejes del programa económico de su gobierno, que comenzó en diciembre. El nuevo gobierno negoció con los litigantes una quita del 40% sobre el monto reclamado.
“Con los recursos resolvemos el default de 2001… Esa mancha que nos acompañó desde hoy se cierra de manera definitiva”, destacó Prat-Gay.
AP
