Antonio José Monagas: ¿Desarrollo nacional en penumbras?

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Antonio José Monagas: ¿Desarrollo nacional en penumbras?

Toda propuesta de crecimiento pretendida o aceptada como objetivo de desarrollo de cualquier nación que se precie de sus capacidades y potencialidades, deberá asegurarse de la imprescindible asistencia de proyectos estratégicos que sepan apostar a calificar como contundentes bases de desarrollo nacional. Proyectos estos comprometidos socialmente a corregir las grandes desigualdades que, las dinámicas social y económica, en sus desorganizados procesos por el inmediatismo que los moviliza, no deben dejar de incidir en el fragor de los cambios de las realidades que obviamente ocurren.

Sin embargo, cabe preguntar ¿cómo esquivar aquellos problemas que desvirtúan el desempeño de toda propuesta de desarrollo nacional? Más aún, cuando tales propuestas consideran realidades que incumben afianzar el crecimiento, la capitalización, la competitividad, la conservación y los cambios institucionales nacionales, regionales y locales.

Entonces, ¿cómo podrían aceptarse realidades que tienden a fundamentar sus existencias basadas en presunciones, fantasías o imaginaciones que suponen ideas concebidas alrededor de un absurdo desarrollo nacional en penumbras?

Un concepto de “desarrollo”

Pero, para darle una mayor congruencia al problema que busca revisar esta disertación, vale traer a colación el concepto que refiere el término “desarrollo”. Así podría comprenderse mejor aún, la significación que cubre tan menuda palabra: “desarrollo”. Al menos, en el contexto que ha de ocupar el análisis que acá intenta procurarse.

Aun cuando mucho se ha escrito y expuesto sobre tan manido vocablo, es posible que la acepción del Dr. Josef Pajestka, quien fuera director del Instituto de Planificación de Polonia y profesor de Economía de la Universidad de Varsovia, sea útil a la intención de la presente disertación. Lo explica así:

El proceso de desarrollo es un evento social condicionado por relaciones interhumanas e instituciones socioeconómicas. En consecuencia, es preciso tener en cuenta ciertos factores al tratar su comprensión tales como el impulso que ejerce una fuerza de desarrollo social, objetivos de desarrollo social y soluciones sociales e institucionales capaces de contribuir a una mayor eficiencia económica, Más, toda vez que dichos aspectos constituyen elementos integrales e indispensables de cualquier estrategia de desarrollo pues por ellos, los grandes cambios socio-institucionales actúan como los factores básicos   dirigidos a modernizar la economía de los países que buscan el desarrollo. (Millkan, Pajestka y otros: La vía del desarrollo. Editorial Tecnos, Madrid, pp.132-133)

Interpretación de “desarrollo” 

De manera que dado lo que implica el desarrollo, toda vez que contrae compromisos que convergen en un plan de desarrollo que plantee potenciar el desarrollo nacional tal como sus objetivos refieren, no deberá descartarse la optimización de sistemas industriales que logren readecuar sus estructuras y empresas de servicios a las contingencias propias de condiciones de mercado exigentes.

El sector eléctrico como razón de “punta”

El desarrollo del sector eléctrico es ineludible para lograr el crecimiento de la economía. Tanto como para el bienestar de la población que se sirve de la prestación de un servicio tan indispensable como el que provee la electricidad. Particularmente, cuando no es posible dar con un mejoramiento de la economía popular, al margen de un mejoramiento de la situación económica de la población.

No cabe pues negar que la base fundamental para optimizar la calidad de vida de toda sociedad o comunidad, debe forjar las condiciones necesarias que puedan alcanzar condiciones que faciliten encauzar la prosperidad a la que todos tienen derecho de usufructuar.

A manera de conclusión

Por eso hablar de “desarrollo” con la arrogancia de mostrar patéticas ínfulas de superioridad con la idea de lograrlo mediante el inmediatismo que incita el poder, es una mera necedad que a ningún lado conduce.

Es así que mantener realidades hinchadas con el recurso de la inflación discursiva, no es razón para pensar en escenarios sociales y económicos empeñados en respirar en medio de ámbitos que presumen vivir sosegadamente. Cuando en verdad, se llega a vivir, escasamente, en terrenos inhabitables. ¿O acaso por decir que presumir de lo que se carece, garantiza ganar espacios de futuro? Mucho menos, si se parte de situaciones carentes de plausibles servicios públicos. O sea, sin la energía eléctrica requerida para internarse en un pronunciado proceso de desarrollo.

O sería propio que en el siglo XXI, donde buenas ideas se edifican con el uso de tecnologías avanzadas como la Inteligencia Artificial, la digitalización y automatización de procesos y estamentos de la producción inteligentes, presumir que es plausible atenerse a situaciones dominadas por instancias que se excusan y justifican permitiéndose un ¿desarrollo nacional en penumbras?

 

Antonio José Monagas

 

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