No es candidato para las elecciones de medio mandato de Estados Unidos, pero Donald Trump fue el principal atractivo para republicanos de Pensilvania el sábado, tres días antes de lo que esperan sea una «ola roja» que les otorgue el control del Congreso.
Los fanáticos de Trump asistieron a un mitin en la ciudad de Latrobe, en el disputado estado de Pensilvania, para escuchar al expresidente y manifestar sus esperanzas de que vuelva a postularse a la Casa Blanca en 2024.
Leslie Boswell, con una camiseta roja de «Trump 2020», dijo que vino a «divertirse y a votar por Trump» o, al menos, por los republicanos el martes.
Las elecciones de mitad de mandato, celebradas dos años después de las presidenciales, suelen considerarse un referendo sobre la gestión del ocupante de la Casa Blanca. En esta votación se renueva toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, y también se eligen muchos gobernadores estatales y otros funcionarios.
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Para los partidarios de Trump, una victoria republicana ayudará a allanar el camino para que su líder regrese con gloria al poder en dos años.
«Él es el único que se merece la presidencia», aseguró Boswell, de 39 años. «Amo a Trump porque apoya todas las cosas en las que creo», señaló a la AFP. «Está trayendo a Dios de regreso a nuestro país, bajó los precios, hizo todo lo que dijo que iba a hacer».
«Realmente espero que vuelva a postularse», coincidió otra mujer de 52 años que solo se identificó como Janine y que vestía una camiseta roja, blanca y azul, los colores de la bandera estadounidense.
Dijo que manejó cuatro horas para escuchar a Trump. «Él representa Estados Unidos, lo que Estados Unidos era antes», afirmó, sin definir qué entiende por «antes».
«En tres días tendremos una ola roja, cariño», prometió.
Inflación, inflación, inflación
El expresidente, de 76 años, no ha parado en estos últimos días de la campaña: estuvo en los estados de Iowa y Florida, y el sábado por la noche se dirigió a sus seguidores desde la pista del aeropuerto de Latrobe, cerca de Pittsburgh, el corazón industrial de Pensilvania.
Trump apoyó allí al candidato republicano al Senado Mehmet Oz, un famoso médico devenido en estrella de la televisión que compite contra el demócrata John Fetterman, un exalcalde de un pueblo pequeño que actualmente es el vicegobernador del estado.
Con el Senado dividido 50 y 50 entre republicanos y demócratas (la vicepresidenta demócrata Kamala Harris tiene el voto de desempate), el ganador en Pensilvania podría determinar el control de la Cámara alta y, por lo tanto, el destino de la agenda del presidente Joe Biden.
Antes de que Trump subiera al escenario entre cientos de simpatizantes e innumerables banderas estadounidenses, los candidatos locales arengaron a sus seguidores con una única consigna: inflación, inflación, inflación.
Los precios son «escandalosos», dijo Norm Volpe, un votante que fue con su grupo de motociclistas por Trump.
Estados Unidos lidia con niveles de inflación que no se veían desde la década de 1980, y los estadounidenses se quejan de los altos precios de todo, desde la comida hasta la gasolina.
Volpe señaló que los demócratas deberían ser castigados por eso. «Parece que todo subió después de que asumieron», dijo a la AFP este trabajador metalúrgico de 57 años.
Y, para él, Trump es un hombre de palabra: «Creo que hizo todo lo que dijo en la campaña, al menos (…) trató de hacerlo».
AFP