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Alonso, día 1 de la nueva era

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Alonso, día 1 de la nueva era

Fernando Alonso está viviendo una doble vida peligrosa, como ese marido infiel que por primera vez se escapa y vive una aventura de una noche con una chica más joven a la que le gusta todo lo que lleva, desde los chistes a las batallitas. Luego vuelve a casa, a la rutina de las discusiones, a verse los achaques en el espejo, al querer y no poder.

 

 

 

 

Dijo su amigo del alma Antonio García, de los pocos que le derrotaron en el karting, que como probara USA ya no volvía. Fernando dice que no, pero está viviendo como un crio con zapatos nuevos esta aventura, especialmente en lo psicológico. Allí, cuando va, es una estrella sin sombras. Aquí también, pero aquí no puede ganar y las preguntas son unidireccionales, las mismas desde hace tres años.

 

 

 

 

Allí le hablan de ganar. Es más, si gana, o lo hace muy bien, sería un notición, porque debutar en óvalos en la Indy es como debutar en el toreo con miuras en Las Ventas. Ayer en Indy lo hizo estupendamente, como era de prever. Mario Andretti masculló que hizo su primer contacto como un campeón del mundo, seis horas sin un error, progresando hasta las 222 millas por hora (358 km/h), escuchando y decidiendo, pero poco a poco, con humildad. «Ahora tiene que hacer eso con otros 32 coches al lado», apuntaba Eddie Cheever.

 

 

 

 

 

«Fernando es puro talento, pero aquí le falta experiencia», dice Zak Brawn, que se ha sacado esto de la manga con Fernando y la nueva mirada de los chicos de Liberty. «Por eso estudia carreras hasta en los aviones». La última, tres horas de ‘on board’ de Ed Carpenter en las 500 Millas, que debe ser como una de esas peliculas suecas para cinéfilos que el resto dormimos plácidamente.

 

 

 

 

 

Casi todo el mundo, allí, aplaude a Fernando, casi todo el mundo, aquí, habla de ego y de poco amor a la F1. Se ha podido desenamorar un poco, pero no de las carreras. Se veía ayer, dominando un perolo que no tiene el volante recto al ser asimétrico en su reglaje. «Me cuesta hasta llevar la cabeza recta», le decía al ingeniero. Seis horas de entrenamientos seguidas, con cinco juegos de neumáticos, hasta que se puso a llover, probando rodar tras un pace car imaginario, entradas y salidas, con ahorro de gasolina… y encantado de la vida, escuchando consejos de quien, en otro escenario, no podría ni toserle.

 

 

 

 

Gil de Ferran es quien le está sufriendo más que nadie desde hace tres semanas. «Es muy intenso, muy inteligente en sus preguntas, todo impresionante, lo hará muy bien», aseguraba ayer a pie de pista. «De momento medio millón de personas ha seguido el test, y tenemos más demanda de entradas y de presencia de periodista europeos», decía Doug Boles, presidente del circuito. Están encantados con esta película porque les da un lustre tremendo.

 

 

 

 

«Este primer día no lo olvidará en su vida, nos ha pasado a todos, es una maravilla», asegua desde la zona de prensa Johnny Rutherford, tricampeón de las 500 Millas con McLaren. Que sí, que Fernando  volverá tras el 28 de mayo, en Canadá. «Un buen resultado sería entrar entre los 10 primeros», valora Andretti. Pero la puerta que ha abierto, el aire fresco que ha entrado en su vida deportiva y personal, el brillo de los ojos, marca el primer día de la nueva era de Fernando.

 

 

 

 

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Por Confirmado: MariGonz

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