El partido liberal Ciudadanos (Cs) levantó este sábado el veto al líder socialista, Pedro Sánchez, y se abrió a pactar con él, y no solo con el conservador Partido Popular (PP), si el Partido Socialista (PSOE) gana las elecciones, para evitar un nuevo bloqueo que impida formar Gobierno en España.

España se prepara para unas nuevas elecciones parlamentarias el 10 noviembre, las cuartas en los cuatro últimos años, pero sin ninguna seguridad de que los resultados vayan a resolver la prolongada inestabilidad política de gobiernos débiles de centroderecha y centroizquierda desde finales de 2015.

En el inicio de la precampaña, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, se mostró hoy dispuesto a pasar página al “no” a Sánchez que la dirección de la formación aprobó en febrero pasado, y planteó una salida a su eventual investidura.

Rivera se comprometió a facilitar la continuidad del presidente del Gobierno en funciones “si los españoles deciden que sea el PSOE quien gobierne” y envían a Cs a la oposición, aunque dejó claro que su prioridad es gobernar con el conservador Partido Popular (PP) si dan los números.

En cualquier caso, para darle su apoyo, Sánchez tendría que estar dispuesto a negociar un decálogo de reformas, que incluirían el freno del independentismo catalán.

Desde la localidad de O Grove (Pontevedra, noroeste), el líder socialista reclamó hoy a todos los partidos que tras las elecciones pongan fin al bloqueo que ha impedido la formación de un Ejecutivo y que se logren acuerdos que permitan gobernar a quien gane los comicios.

“Cualquier opción es bienvenida. La opción que no es bienvenida es el bloqueo”, dijo el líder socialista aunque sin aludir a las palabras de Rivera.

Tampoco hubo una reacción específica desde las filas del PP (el principal partido de la oposición), aunque fuentes de la dirección aseguraron a Efe que prefieren esperar a después de los comicios para opinar sobre las propuestas de Ciudadanos porque “por experiencia todos sabemos que van cambiando”.

Tras las pasadas elecciones del 29 de abril, la suma de Ciudadanos y PSOE fue una de las alternativa para que Pedro Sánchez pudiera ser investido presidente.

Sin embargo, los socialistas, con 123 escaños de los 350 que tiene el Congreso, tuvieron que negociar con la izquierdista Unidas Podemos (UP) para intentar sumar sus 42 diputados, ya que Rivera rechazó cualquier tipo de acuerdo.

La decisión del líder de Ciudadanos desencadenó una crisis sin precedentes en el seno del partido, con el abandono de algunos de sus dirigentes de peso que apoyaban un acuerdo con el PSOE.

Sin embargo Rivera mantuvo su negativa en todo momento, aunque hizo una oferta a Sánchez ‘in extremis’ para intentar evitar acudir a una nuevas elecciones tras el fracaso de las negociaciones con UP para formar un gobierno de coalición. EFE