El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, confía en poder reunirse en Nueva York con el canciller venezolano, Yván Gil, con el fin de exigir información sobre la identidad, los cargos y el lugar de detención de los dos españoles arrestados por el Gobierno venezolano.
«Aquí veré a mi colega venezolano, estamos todos los ministros de Asuntos Exteriores del mundo, y le voy a trasladar una vez más lo que le trasladé telefónicamente» hace una semana, ha indicado Albares en entrevista con La Sexta, recogida por Europa Press, desde Nueva York, donde esta semana se celebra la Asamblea General de la ONU.
En aquella conversación mantenida a petición suya hace justo una semana, Albares exigió a Gil que le confirmara «la identidad de los dos españoles injustamente retenidos en Venezuela» así como que le dijera de qué se les acusa y dónde estaban detenidos con vistas a poder brindarles protección diplomática y consular.
El canciller venezolano le dijo que «se encontraban perfectamente bien y así seguirían», pero a día de hoy el Gobierno sigue sin tener confirmación oficial por parte de Caracas y desconoce su paradero.
«Por eso mi intención es trasladarle enérgicamente esa exigencia» dado que «el Derecho Internacional, las convenciones de Viena, vinculan a todo el mundo también a Venezuela», ha sostenido, dando a entender así que habrá un encuentro con Gil, si bien en Exteriores por el momento no confirman que esté cerrado. Ambos coincidirán a priori en un desayuno de ministros iberoamericanos.
Con quien sí tiene previsto reunirse este martes es con sus homólogos de Brasil, Colombia y México para «analizar qué se puede hacer para que se dé ese diálogo y esa solución que sólo puede venir desde Venezuela y entre venezolanos».
El ministro del Interior venezolano, Diosdado Cabello, anunció el pasado 14 de septiembre que Andrés Martínez Adasme, de 32 años, y José María Basoa Valdovinos, de 35, habían sido detenidos en Puerto Ayacucho en el marco de un complot orquestado por la oposición y que tenía como objetivo asesinar al presidente, Nicolás Maduro, y otros líderes chavistas.
Según Caracas, ambos estaban vinculados con el CNI, algo que el Gobierno ha negado en todo momento, asegurando que no trabajaban para ningún organismo público. Sus familias informaron de que les perdieron la pista en Inírida (Colombia) el 2 de septiembre cuando se dirigían a Puerto Ayacucho y presentaron una denuncia por su desaparición ante la Ertzaintza el 9 de septiembre.
