Estos últimos atentados elevan a más de 300 el número de muertos en noviembre en Irak, donde la violencia se ha multiplicado en los últimos meses pese a un refuerzo de las medidas de seguridad y a las campañas contra los insurgentes.
Al menos 49 personas murieron y más de 100 resultaron heridas este miércoles en una oleada de ataques, en su mayoría contra barrios shiíes de Bagdad, en una nueva espiral de violencia que ensangrienta Irak desde el comienzo del año.
Ningún grupo ha reivindicado los ataques, pero los insurgentes próximos a la red suní de Al Qaida suelen ser los responsables de este tipo de atentados coordinados contra los shiíes, a los que consideran apóstatas, aseguró AFP.
La parálisis del aparato político, provocada en parte por las discrepancias entre suníes y shiíes, junto con una corrupción endémica y el mal funcionamiento de los servicios públicos contribuyen a alimentar la inestabilidad en el país.
Al menos ocho explosiones -siete de ellas causadas por atentados con carros bomba-, tuvieron lugar hacia las 7:30 am, principalmente en los barrios de Karrada (centro), Shaab (nordeste) y Sadriya (centro), informaron fuentes médicas y de seguridad.
En estos atentados perdieron la vida por lo menos 36 personas, según las mismas fuentes.
La explosión de Karrada se produjo cerca de un concesionario de coches donde los shiíes celebraban la Ashura, la gran fiesta de esta comunidad que recuerda el asesinato del imam Husein, nieto del profeta Mahoma, en el siglo VII.
«Muchas personas estaban reunidas en el concesionario cuando de repente un carro estalló a 20 metros», declaró Ahmed Abu Ali, de 40 años.
«Aunque nos bombardeen e intenten impedírnoslo, no dejaremos de conmemorar el martirio del imam Husein», lanzó.
También estalló un carro bomba en el barrio de mayoría suní de Azamiya (norte).
Las fuerzas de seguridad se desplegaron en los sectores de los atentados y en muchos casos los fotógrafos y camarógrafos no fueron autorizados a sacar fotos o imágenes.
En un ataque separado en la ciudad de Suleimaniye, en el Kurdistán iraquí (norte), unos hombres armados asesinaron al jefe de los guardaespaldas del presidente iraquí Jalal Talabani, informó un portavoz policial.
Tres hombres entraron al domicilio del coronel Sarwat Rachid y lo mataron de tres balazos en la cabeza en presencia de su esposa, afirmó.
Desde hace casi un año, Talabani, de 79 años, se encuentra en Alemania, donde fue hospitalizado por un ataque cerebral.
Un atentado en Abu Ghraib y disparos en Bagdad y en Mosul (norte) dejaron seis muertos. También se encontraron tres cuerpos con impactos de bala cerca de Baquba, al norte de Bagdad, informaron fuentes de seguridad.
Estos últimos atentados elevan a más de 300 el número de muertos en noviembre en Irak, donde la violencia se ha multiplicado en los últimos meses pese a un refuerzo de las medidas de seguridad y a las campañas contra los insurgentes.
Más de 5.700 personas han muerto en lo que va de año en el país, según cifras oficiales.
Frente a esta escalada, el primer ministro shií Nuri al Maliki pidió en octubre la cooperación de Washington para luchar contra Al Qaida, pese a que los soldados estadounidenses se retiraron de Irak hace casi dos años.
La violencia se debe en parte al profundo descontento de la minoría suní, en el poder durante el régimen de Saddam Hussein, contra el gobierno controlado por los shiíes, acusado de multiplicar las detenciones arbitrarias.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) y numerosos diplomáticos han pedido a Maliki que adopte reformas para evitar una mayor marginación de esta comunidad.
Fuente: Agencias