Hablar de cartillas de racionamiento en Venezuela es, desgraciadamente, algo habitual desde hace muchos años. Sin embargo, lo novedoso es que llegue a las tiendas de ropa de empresas extranjeras, como está ocurriendo en las tiendas de Zara y Bershka, que la empresa española Inditex tiene en el país suramericano. Debido al desabastecimiento de prendas de vestir que tiene el país y a los enormes problemas de importar género, debido a al rígido control de divisas que ha impuesto el régimen de Nicolás Maduro, la empresa fundada por Amancio Ortega está obligando a limitar las ventas a cinco prendas por persona y mes.
Para llevar el control, aquellos compradores que deseen adquirir artículos en las tiendas de Zara, Bershka y Pull and Bear deberán acreditarse con su carné de identidad, que quedará registrado para, posteriormente, ser anotadas en una lista en la cual se asigna un número a esa persona para poder entrar en el establecimiento. Una vez agotado el cupo de compras, el cliente tendrá que esperar al próximo mes para volver a adquirir género en cualquiera de las tiendas del grupo Inditex. Tampoco se hacen apartados ni se reserva la ropa, según admiten los responsables.
Según han declarado muchos compradores a través de las redes sociales las colas de clientes comienzan ya a las seis de la mañana. En un cartel colocado en el exterior de una de las tiendas se puede leer que se han «establecido las siguientes pautas para la comercialización:máximo cinco prendas por persona, solo tres prendas y superiores y dos inferiores». Como parte de arriba la ropa en cuestión se refiere a camisas, franelas o chaquetas, mientras que las inferiores son pantalones y bermudas, según confirma el personal de los establecimientos al diario venezolano «La República».